sábado, 13 de marzo de 2010

Comenzó el “despeñadero”--Serpientes y Escaleras


Salvador García Soto
El lamentable episodio al que asistimos los mexicanos esta semana, con la guerra de declaraciones y escupitajos entre el PRI y el PAN, por sus oscuros acuerdos en los que negociaron más cargas fiscales al pueblo a cambio de que no hubiera alianzas electorales, no fue otra cosa sino la inauguración de las disputas y guerras de lodo que presenciaremos en los próximos meses, y que se recrudecerán conforme se acerque la elección presidencial

Calderón ya bajó la cortina a los temas de gobierno, y se puso la casaca de campaña; tal vez no tiene un candidato fuerte, pero no quiere que regrese el PRI.
Si en el 2004, Vicente Fox decidió arrancar su sucesión y enfocó todas sus baterías políticas al desafuero de Andrés Manuel López Obrador, en este 2010, el presidente Felipe Calderón ha decidido que su gobierno ya no tiene más misión que la de “despeñar” al que hoy es el aspirante presidencial que puntea en todas las encuestas, Enrique Peña Nieto, y con ello evitar que el PAN pierda el poder en 2012, pero sobre todo que él no tenga que ser “el panista que le regresó la Presidencia al PRI”.

El lamentable episodio al que asistimos los mexicanos esta semana, con la guerra de declaraciones y escupitajos entre el PRI y el PAN, por sus oscuros acuerdos en los que negociaron más cargas fiscales al pueblo a cambio de que no hubiera alianzas electorales, no fue otra cosa sino la inauguración de las disputas y guerras de lodo que presenciaremos en los próximos meses, y que se recrudecerán conforme se acerque la elección presidencial.

Calderón ya bajó la cortina a los temas de gobierno, y se puso la casaca de campaña; tal vez no tiene un candidato fuerte ni visible en estos momentos, pero el Presidente sabe bien que no quiere pasar a la historia como el que volvió a meter al PRI a Los Pinos. Poco importa ya la búsqueda de alianzas, los acuerdos parlamentarios o las negociaciones de reformas, ésas las lograrán, si quieren y pueden, los partidos en el Congreso; el Ejecutivo ya comenzó a moverse en la lógica electoral y esta semana Calderón dijo en la inauguración de un hospital una frase que, a dos años de que termine el sexenio, sonó casi a un inicio de despedida: “Queremos que este gobierno sea recordado como…”.


Así que Enrique Peña Nieto tendrá que ayudarse más de lo que lo ha hecho hasta ahora. Si bien en esta ocasión sus operadores y oficiosos defensores en los medios le ayudaron a bajar el enorme ridículo que hizo al pedir un “contrato firmado” para apoyar el aumento al IVA a cambio de que el PAN no hiciera alianzas, y con ello le disminuyeron el costo que tendría que pagar por tamaña torpeza e ingenuidad, la realidad es que a Peña le esperan golpes cada vez más fuertes y complicados que no siempre podrá sortear con la fuerza de sus padrinos televisivos.


A Andrés Manuel López Obrador el desafuero, lejos de debilitarlo, lo convirtió en víctima del sistema y del complot foxista en su contra; ¿a Peña Nieto lo tumbarán en el despeñadero o demostrará que la suya es una candidatura que tiene algo más allá de la cuidada imagen de la pantalla?



NO FUE UN ACUERDO CON EL PRI

Aunque los actores principales del “contrato de la ignominia” ya pidieron esquina y junto con el Presidente sacaron las banderitas blancas y detuvieron, asustados, el lodazal que ellos mismos levantaron, hay muchas cosas todavía que irán saliendo del inusual acuerdo de Bucareli. Por ejemplo, esta semana varios gobernadores del PRI se deslindaron de que se diga que ése fue un pacto del PAN con su partido.


“La mayoría de nosotros —los priístas de la cúpula— no tuvimos nada que ver, ni siquiera nos enteraron de eso. Ese fue un enjuague que hicieron entre Beatriz y Peña Nieto, ellos solitos se metieron en eso y negociaron a nombre del partido”, comentó un gobernador priísta del norte del país. El argumento coincide con lo expresado por el líder de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, que también dijo desconocer el contenido de ese acuerdo firmado.


Según ese mandatario priísta, el veto a las alianzas a cambio de apoyar el aumento al IVA fue impulsado por un bloque de gobernadores que encabeza Peña Nieto y en el que también están Miguel Osorio Chong, de Hidalgo; Ulises Ruiz, de Oaxaca; e Ismael Hernández Deras, de Durango. “Ellos eran los asustados con las alianzas, y ellos los que embarcaron a Beatriz en ese tema”.



Tan ajenos estuvieron la mayoría de los gobernadores del PRI al “contrato” firmado en Bucareli, que varios de ellos aseguran que ellos no tienen nada que reprocharle a Nava ni al gobierno de Calderón en cuanto a incumplimientos. “A nosotros sí nos cumplieron y nos fue a toda madre”, dice otro gobernador, que se refiere a otros acuerdos que hicieron los estados con el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para que les entregaran participaciones federales que fueron retenidas o subejercidas por la Federación en 2009. La mayoría de esos recursos se los dieron de un jalón en diciembre y en los primeros meses de este 2010 y todo a cambio de los votos de sus diputados al paquete económico de este año.



EL CANDIDATO DEL YUNQUE

Lo afirman en Guanajuato y lo repiten en la ciudad de México: El Yunque ya tiene candidato y se llama Juan Manuel Oliva. El gobernador de Guanajuato es ya el abanderado de los grupos más radicales de la ultraderecha mexicana y panista, y en su figura van a invertir también algunos acaudalados empresarios que apoyan la causa de la extrema derecha, y que creen que es momento de llevar al poder a uno de los suyos.



Con una estrategia que lo lleva ya a estar presente en cuanto evento lo inviten en otros estados del país —aparece lo mismo un sábado en Campeche que un domingo en Monterrey—, Juan Manuel Oliva es impulsado por los grupos yunquistas que ven en él a un político confesional y forjado en la derecha católica y militante que puede llevar sus filosofías y creencias hasta la Presidencia de la República.



En Guanajuato casi no hay ciudad en la que no aparezcan espectaculares con su imagen y es uno de los clientes de las televisoras que pagan buenas cantidades de presupuesto para la promoción de su imagen.


Entre grupos de ultraderecha se menciona que de las tres opciones que tenían en El Yunque: Emilio González, de Jalisco; Marco Antonio Adame, de Morelos y Oliva, la mayoría se inclina hacia este último, luego de que el mandatario jalisciense se desgastara en escándalos y pugnas políticas en su estado, mientras que el morelense apareciera con personajes cercanos suyos involucrados en el narcotráfico.


Así que, en el nombre del padre, del hijo y del Yunque, Juan Manuel Oliva será el cruzado con el que los influyentes grupos de la ultraderecha buscarán llegar a Los Pinos en el 2012, ¿será por primera vez o ya estuvieron ahí dentro con Vicente Fox y Martita Sahagún?


NOTAS INDISCRETAS…

“Fue un acuerdo por la gobernabilidad”, dijo Fernando Gómez Mont, para referirse al pacto firmado en su despacho. ¿Dónde hemos oído eso? ¿No es lo mismo que cuando nos decían “son acuerdos por la estabilidad y la paz social” o “son acciones (de represión y persecución) necesarias y por el bien del Estado”?... Se la juegan los dados. Doble escalera.

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