viernes, 12 de marzo de 2010

Mauricio busca echar a Calderón del PAN -- Federico Arreola

Supe que Mauricio Fernández Garza visitó este jueves la Ciudad de México para reunirse con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. Algunos amigos me comentaron que Gómez Mont (ex gordo por obra y gracia de haberse colocado una banda gástrica en la barriga) y el presidente municipal de San Pedro Garza García discutieron, amistosamente pero con fuerza, acerca de las razones por las que Mauricio pretende ingresar al Consejo Nacional del PAN: para, literalmente, echar a Felipe Calderón de este partido.


La noche del jueves llamé a Mauricio para preguntarle si eso era cierto. Él seguía en el Distrito Federal y se preparaba para asistir a una cena. Me dijo: “Me estás pidiendo que te confirme lo que voy a anunciar el lunes, pero da igual. Es verdad que quiero sacar a Calderón del PAN. Te explico de qué se trata eso”.


La explicación que me dio el alcalde sampetrino es la siguiente:


“En el PAN, los militantes que quieren entrar al Consejo Nacional deben presentar un examen, excepto si han sido consejeros antes. Yo lo he sido muchas veces, así que en lugar de examen me hicieron cinco sencillas preguntas. Una de las preguntas era: ¿Para qué quiere usted entrar al Consejo Nacional del PAN?. La respondí con toda honestidad: Para sacar a Felipe Calderón de las decisiones del partido. Esa fue mi respuesta. ¡Y se alborotaron en la cúpula panista y en el gobierno! Sí, de eso estuve hablando con Gómez Mont”.


Mauricio Fernández es un panista de toda la vida que se ha vuelto famoso por haber puesto en operación un grupo de “rudos” en San Pedro para combatir a la delincuencia organizada. Por eso, con frecuencia lo entrevistan medios nacionales, como La Jornada, Reforma, Televisa, Proceso. En esta revista semanal, recientemente, Mauricio habló de los “huerquetes” o, tal vez mejor, “güerquetes” al servicio de Calderón (Germán Martínez, César Nava) que por ser leales al inquilino de Los Pinos y no al PAN, han arruinado a este partido.


En Monterrey, un “huerco” o “güerco” es un niño. Por lo tanto, un “huerquete” o “güerquete” es un niño medio pendejo. Así vio Mauricio Fernández, en su momento, a Germán Martínez. Así ve ahora a César Nava. Y estos dos políticos, sin duda, han probado con hechos que son tan torpes como lo sugiere la palabra “huerquete” o “güerquete” y bastante más.


(Aclaración. En el diccionario de la Real Academia Española la palabra aceptada es “huerco”, pero yo desde que nací la he escrito como “güerco”, así que prefiero esta última. Es lo mismo).


Según Mauricio el PAN está en la ruina porque Calderón (lo mismo hacía Fox, en opinión del alcalde sampetrino) impone absolutamente todas las decisiones importantes en el partido, sobre todo las candidaturas a gobernador. El veracruzano Gerardo Buganza hace unas semanas renunció a Acción Nacional porque, aunque él era el preferido por los panistas de Veracruz para ser candidato a gobernador, Calderón, a la mala, impuso a un acólito de Elba Esther Gordillo sin tradición panista, Miguel Ángel Yunes.


Para Mauricio Fernández el PAN está cometiendo el error que terminó por echar al PRI de Los Pinos: permitir que las decisiones de importancia las tome el titular del poder ejecutivo y no los militantes. Entonces, para que eso ya no ocurra, el presidente municipal del PAN está intentando de llegar al Consejo Nacional. Así se lo dijo a Gómez Mont, el ex gordo que lo había citado para pedirle que no fuera agresivo con Calderón. “Mira Fernando”, le dijo Mauricio al secretario de Gobernación, “para sacar a Calderón del PAN, para ninguna otra cosa, quiero llegar al Consejo Nacional. Así lo dije cuando me lo preguntaron en el partido, y así lo voy a decir en público. Y no te quepa duda de que es lo que voy a hacer si llego al Consejo. Porque no es justo lo que Calderón hace con el PAN”.

No sé si Mauricio, como anhelan muchos ciudadanos de derecha en Nuevo León y en otros estados, llegue a ser el candidato presidencial del PAN (supongo que Calderón tratará de impedirlo con todo su poder); sí sé que seguirá siendo un dolor de cabeza para el presidente espurio y para sus “güerquetes” o “huerqueres”, esos jovencitos poco talentosos que, como Nava, desde hace rato son el hazmerreír en la clase política mexicana.

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