miércoles, 10 de marzo de 2010

Periodistas de EL UNIVERSAL -- Bajo Reserva

El rumor que crece, crece, crece: Que Juan Molinar Horcasitas ha caído de la gracia de Los Pinos. Que así como estaban con Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, el día en que renunció al PAN, así están con Molinar desde hace dos semanas. Y como si el agua no estuviera para chocolate, ayer el secretario de Comunicaciones apareció en tribuna de la Cámara de Diputados con un gesto hitleriano (que captó toda la prensa) sobre una leyenda que dice: “Horcasitas, Culpable”. Las fuentes dicen que lo único que lo sostiene (y lo mismo puede decirse de Gómez Mont y de César Nava) es que el Presidente no tiene más cartuchos.

Gran sorpresa entre los defensores de derechos humanos. Los dos nuevos ministros de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar y Luis María Aguilar, llegaron a su cargo en diciembre de 2010 después de comprometerse ante el Senado a “defender a su máximo los derechos humanos”. No han pasado ni tres meses de aquellas sesiones públicas después de las cuales las ONG nacionales, casi al unísono, los apoyaron y los felicitaron por su nombramiento. En ese periodo, sin embargo, Zaldívar y Aguilar se sumaron al sector más tradicional y oficialista de la Corte para impedir que desde la semana pasada los ombudsman puedan proteger derechos de los tratados internacionales. Y ayer, ambos validaron la reforma que, en la práctica, impedirá que la Comisión Nacional de Derechos Humanos pueda tener acceso a averiguaciones previas aun si hay sospechas de que funcionarios violaron las garantías de cualquier ciudadano. El poder cambia a la gente, dicen. Ya lo vimos.

Felipe Calderón planea ir el 16 de marzo a revisar el plan “Todos somos Juárez. Reconstruyamos la Ciudad”, implementado después de la masacre de estudiantes del 31 de enero. Pero parece que no lo recibirán con aplausos. Al Presidente, dicen organizaciones sociales, ya lo rodearon de una muralla de interesados e intereses. Señalan que la representación que dejó sólo sesiona con funcionarios cuyo fracaso fue comprobado en operativos federales anteriores. Que Abelardo Escobar no tiene ni idea de qué se trata la ciudad. Que don Luis H. Álvarez, dadas sus limitaciones naturales de la edad, es sólo un emblema de Los Pinos. Y que Antonio Vivanco optó por coordinarse con autoridades locales. Los críticos, los académicos, las organizaciones y los defensores de derechos humanos quedaron fuera. Además le tienen un reclamo. Se ha hablado de 3 mil millones para Juárez en dos años y medio, aunque se han comprometido unos mil 500. ¿Con eso piensan “rescatar Juárez”?, preguntan los críticos. Esos tan cantados 3 mil millones, dicen, equivalen a sólo 7.9% del gasto total de la Línea 12 del Metro, por ejemplo.

Apunte final: ¿Ya ven que los partidos políticos sí pueden ponerse de acuerdo? Las alianzas entre PAN, PRD, PT y otras fuerzas de izquierda; o la del PRI con el PAN en el caso del estado de México son buen ejemplo. ¿Por qué no sacan las reformas que tanto urgen a los mexicanos?

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