jueves, 6 de junio de 2013

La victoria dejó de ser nuestra

JORGE HERNÁNDEZ@jorgekravitzjue 6 jun 2013 07:45
  
El encabezado de mi texto no sólo es en sentido literal, si no realmente es una expresión de duelo que nos dice que hemos alcanzado la derrota al momento de ceder a los capitanes globales con sus cuentos –o mejor dichos, espejitos- conquistadores de nuestros orgullos nacionales y empresariales
Hoy día expreso lo mismo que escribiera en una columna publicada en este mismo sitio de noticias;Grupo Modelo, se convierte en un consorcio más del montón por haberse doblegado a la venta-compra de un consorcio belga una de las empresas más emblemáticas y contemporáneas de la que los mexicanos nos sentimos verdaderamente orgullos.
Bien lo describe el diario ibérico El País en un breve reportaje titulado, La cerveza mexicana pasa a manos belgas pero el Gobierno quiere su tajada, donde expresa muy bien el sentimiento mexicano hacia una empresa privada por su representatividad nacional, el diario ibérico sitúa al Grupo Modelo como un orgullo nacional, y refuerza mi tesis de aquel texto publicado el 29 de Junio del 2012 donde la clase empresarial de élite viene padeciendo una especie de botín de los capitanes globales. Cito al diario El País, “El asunto no es baladí. Tras las privatizaciones de empresas públicas que llevó a cabo el presidente Carlos Salinas de Gortari durante su sexenio (1988-1994) nació el sentimiento de que lo mexicano estaba siendo sometido a una especie de espolio moderno. Aunque Modelo es una empresa privada, el sentimiento es que pertenece a todos los ciudadanos”.
De igual manera el periódico El País expone lo que dijera en aquel texto fechado el 26 de Junio del 2012; cito mi comentario; “De qué han servido los anuncios publicitarios de patriotismo cervecero donde se nos afirma que la Victoria es nuestra, si hoy, empeñamos nuestra preciada Corona al mayor distribuidor mundial de cervezas”, ahora cito lo dicho por el rotativo ibérico, “En los anuncios de televisión, bastante bien hechos por cierto, se veía a unos estadounidenses en la frontera tratando de pasar de contrabando la bebida, como si fuese motivo de orgullo que los gringos quisieran colar algo mexicano en su país. La realidad ahora es bien distinta. Los mariachis seguirán tocando pero la música ya no sonará igual”.
¡Caramba!, esto verdaderamente duele, y no sólo por el sentimiento paternalista que pudiera representar una empresa privada o pública, ya lo expresa la prensa internacional, Grupo Modelo es y había sido un orgullo para los mexicanos a nivel mundial. Y a propósito de ese orgullo, era verdaderamente confortante poder ver en las películas hollywoodenses la marca Corona como una bebida anfitriona, su más reciente aparición fue con la película Rápido y Furioso 6.
Se me tachó de curioso y de malinchista el hecho de que externara mi beneplácito a la competencia entre jefes de Estado, y en especial, de que exista la posibilidad  de una disputa del liderazgo en América Latina entre el telenovelero habitante de Los Pinos y la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
¿Dónde están aquel gran puñado de empresarios regios y capitalinos mexicanos?, ¿dónde está ese orgullo regiomontano que se vanagloriaban por ser el Estado más productivo y del que mantenía al resto de los mexicanos?, pues recordemos mi primer texto editado el encabezado por don @FedericoArreola: “Eugenio Garza Sada y las pequeñas pendejadas repetitivas” donde expresaba que Cervecería Cuauhtémoc cedía a los espejitos globalizadores y redentores de modernidad. Lamentablemente todas esas grandes empresas propiedad de las familias heredadas del porfiriato, su conservadurismo radical las han llevado a terminar en una simple y llana remembranza del pasado emprendedor y glorioso que íbamos erigiendo los mexicanos.
Parece un presagio la obstinación de quien se autodenomina ahora como un “liberal” –y que por cierto es regio-, y de quien emprendiera en su mandato presidencial (1988-1994) la mayor venta de empresas públicas al sector privado. Hoy, en ese mismo tenor se ha venido revirtiendo ahora en aquellos “hombres de negocios” que creyeron, y los que siguen creyendo en ese individuo chaparrito y orejón que lucha por lavar su siniestra imagen de exmandatario mexicano. El mismo que les auguró a esa élite empresarial hace 25 años un México moderno y globalizado, es el mismo que ha llevado a dicha élite al remate de sus más preciados patrimonios a los capitanes extranjeros.
El Apunte
Me representa más dolo y tristeza los errores que hacen nuestros empresarios, que tratar de adular a un simple político que lo cobija un partido mil veces más oficioso que los arrogantes y torpes panistas que intentaron gobernar éste gran país.

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