Los “analistas”
Jueves 20 de junio de 2013 | Jesús Zambrano Grijalva | El Universal | 00:00
En los últimos días he tenido la oportunidad de leer, escuchar por radio y televisión a una buena cantidad de reconocidos personajes que opinan, escriben artículos, ensayos y hasta libros sobre el acontecer de la vida nacional en curso.
Los temas sobre los que hablan o escriben tienen esencialmente como referente al Pacto por México y las elecciones del próximo 7 de julio en 15 entidades de la república.
Una parte significativa de estos personajes hace aparecer sus opiniones como resultado de “sesudos análisis”, cuando en realidad son sofismas; es decir, no producto de la compilación de datos duros de la realidad, sujetos al escrutinio de un análisis riguroso, de la comparación de estos hechos con situaciones anteriores o hechos similares en otras partes del mundo.
Sus conclusiones son resultado de elucubraciones (ni siquiera hipótesis) o deseos, con bases falsas, y de allí desarrollan sus “razonamientos”, sus “análisis”, para llegar a “conclusiones” ya prefiguradas, y se erigen en los jueces sacrosantos sobre los entes “analizados”. Incluso hay quienes no hace mucho criticaban al PRD por ser “el partido del no”, precisamente por no participar en la construcción de acuerdos con el gobierno en turno, y ahora lo critican por hacerlo.
Dicen que la participación del PRD en el Pacto por México lo desdibuja como izquierda, que desaparece a la izquierda como oposición nacional y que nos sujetamos a la lógica de Peña Nieto que, según ellos, ha tenido la genial idea —propia de un tlatoani mexicano— de encabezar un acuerdo nacional al que se han plegado las oposiciones. Con ello, dicen, Peña Nieto “los ha colonizado” y los ha borrado.
“El analista riguroso” no sólo se pierde de vista que fue el PRD el que propuso en su origen lo que ahora conocemos como Pacto por México, sino que se hace a un lado el hecho real de que la reforma educativa y, sobre todo la de telecomunicaciones y de competencia económica —defendida durante años por “los analistas”— hubieran sido imposibles si el PRD, sensible a los reclamos de amplios sectores de la sociedad, no las hubiera puesto sobre la mesa y defendido. Se les olvida que EPN no traía este tema en sus postulados de campaña.
¡Ah, pero hacer valer esas banderas del campo progresista, democrático y de izquierda por el PRD en el pacto desdibuja al PRD porque ya no es oposición! O sea que si te aceptan las propuestas y reclamos estás obligado a pronunciarte en contra para que puedas evidenciar tu perfil opositor y no ser “tapete de Peña Nieto”, o un traidor a las causas democráticas.
Igual sucede con los posibles resultados del 7 de julio. Si las oposiciones nacionales al PRI ganamos Baja California y otros estados es que hubo “concertacesión”, “negociación en lo oscurito” para justificar nuestra participación en el pacto. Pero si perdemos, seremos unos ingenuos que fuimos presas del entreguismo al juego “inteligente” de Peña Nieto.
O si como lo hemos visto en los últimos días ante las declaraciones de EPN en Inglaterra acerca de la reforma energética, ya empiezan a acusarnos de que “la izquierda se vendió por cuentas de vidrio”, sin tomar en cuenta que el PRD, junto con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, ya dijo claramente: modernizar Pemex sin privatizarlo. Ni la reforma educativa, ni la de telecomunicaciones y competencia económica, ni la iniciativa de reforma del sistema financiero tienen valor para el país ni sentido para la sociedad. Lo importante es “el análisis” de nuestros “analistas” para descalificar la realidad y satanizar a los “tontos, traidores e ingenuos” de la oposición nacional que “se entregaron en el pacto a los brazos de Peña Nieto”.
En los hechos “los analistas” terminan adorando el presidencialismo que dicen combatir y aborrecer. Ni modo. Es parte de los problemas de nuestra transición democrática.
Presidente nacional del PRD
Los temas sobre los que hablan o escriben tienen esencialmente como referente al Pacto por México y las elecciones del próximo 7 de julio en 15 entidades de la república.
Una parte significativa de estos personajes hace aparecer sus opiniones como resultado de “sesudos análisis”, cuando en realidad son sofismas; es decir, no producto de la compilación de datos duros de la realidad, sujetos al escrutinio de un análisis riguroso, de la comparación de estos hechos con situaciones anteriores o hechos similares en otras partes del mundo.
Sus conclusiones son resultado de elucubraciones (ni siquiera hipótesis) o deseos, con bases falsas, y de allí desarrollan sus “razonamientos”, sus “análisis”, para llegar a “conclusiones” ya prefiguradas, y se erigen en los jueces sacrosantos sobre los entes “analizados”. Incluso hay quienes no hace mucho criticaban al PRD por ser “el partido del no”, precisamente por no participar en la construcción de acuerdos con el gobierno en turno, y ahora lo critican por hacerlo.
Dicen que la participación del PRD en el Pacto por México lo desdibuja como izquierda, que desaparece a la izquierda como oposición nacional y que nos sujetamos a la lógica de Peña Nieto que, según ellos, ha tenido la genial idea —propia de un tlatoani mexicano— de encabezar un acuerdo nacional al que se han plegado las oposiciones. Con ello, dicen, Peña Nieto “los ha colonizado” y los ha borrado.
“El analista riguroso” no sólo se pierde de vista que fue el PRD el que propuso en su origen lo que ahora conocemos como Pacto por México, sino que se hace a un lado el hecho real de que la reforma educativa y, sobre todo la de telecomunicaciones y de competencia económica —defendida durante años por “los analistas”— hubieran sido imposibles si el PRD, sensible a los reclamos de amplios sectores de la sociedad, no las hubiera puesto sobre la mesa y defendido. Se les olvida que EPN no traía este tema en sus postulados de campaña.
¡Ah, pero hacer valer esas banderas del campo progresista, democrático y de izquierda por el PRD en el pacto desdibuja al PRD porque ya no es oposición! O sea que si te aceptan las propuestas y reclamos estás obligado a pronunciarte en contra para que puedas evidenciar tu perfil opositor y no ser “tapete de Peña Nieto”, o un traidor a las causas democráticas.
Igual sucede con los posibles resultados del 7 de julio. Si las oposiciones nacionales al PRI ganamos Baja California y otros estados es que hubo “concertacesión”, “negociación en lo oscurito” para justificar nuestra participación en el pacto. Pero si perdemos, seremos unos ingenuos que fuimos presas del entreguismo al juego “inteligente” de Peña Nieto.
O si como lo hemos visto en los últimos días ante las declaraciones de EPN en Inglaterra acerca de la reforma energética, ya empiezan a acusarnos de que “la izquierda se vendió por cuentas de vidrio”, sin tomar en cuenta que el PRD, junto con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, ya dijo claramente: modernizar Pemex sin privatizarlo. Ni la reforma educativa, ni la de telecomunicaciones y competencia económica, ni la iniciativa de reforma del sistema financiero tienen valor para el país ni sentido para la sociedad. Lo importante es “el análisis” de nuestros “analistas” para descalificar la realidad y satanizar a los “tontos, traidores e ingenuos” de la oposición nacional que “se entregaron en el pacto a los brazos de Peña Nieto”.
En los hechos “los analistas” terminan adorando el presidencialismo que dicen combatir y aborrecer. Ni modo. Es parte de los problemas de nuestra transición democrática.
Presidente nacional del PRD
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