martes, 29 de octubre de 2013

El PRI de entrelíneas que adula @FedericoArreola

@jorgekravitzmar 29 oct 2013 14:46
  
 
Después de las elecciones del 2012, se lee cada vez más frecuente una postura de periodismo militante hacia con el partido que nos gobernara por 70 años

Ya lo he expresado en más de un texto el cambio en la línea editorial con la que ahora escribe el director en jefe de SDPnoticias.com, la cual ahora es una postura totalmente volcada de adulación hacia el nuevo habitante de Los Pinos y hacia su partido jurásico.
Leo su última columna titulada “De Julio Hernández a Carlos Loret: elecciones 2015 y el rostro de México después de las reformas” un texto donde compara las opiniones de un periodista que se le etiqueta de izquierdista por escribir en el diario La Jornada, y otro que muchos ya conocemos como un periodista –por así decirlo- que le encanta ser brabucón en su noticiero de Televisa y que tiene su columna en el rotativo El Universal. Ambas posturas muy al estilo de cada columnista, la del señor Julio en La Jornada, sabemos que gusta por realizar conjeturas de los hechos desde la óptica del propio autor que relata, haciendo de ellas una realidad aparente de cómo se van tejiendo las redes de la política mexicana, y por lado del columnista de El Universal, sus opiniones son tan distractoras en sus análisis como su imagen de periodista reconocido por la televisora de Chapultepec.
Después de las elecciones del 2012, se lee cada vez más frecuente una postura de periodismo militante hacia con el partido que nos gobernara por 70 años, y peor aún, una adulación desmedida –me parece- hacia un político de escaso nivel intelectual –ya se olvidaron de su papelón en la campaña presidencial-, que gracias al equipo que lo rodea han hecho que su figura parezca la de un estatista de niveles nunca antes vistos.
Acostumbrados a la mediocridad, petulancia, torpeza, ridículos y un inexistente oficio político para gobernar y dirigir un país durante los últimos 12 años por parte de un ranchero como Vicente Fox y el personaje que ensangrentó a una nación con su estúpida necedad de hacer una supuesta guerra contra el narcotráfico, por toda esa ignominia podemos decir que gracias a éstos antecedentes políticos, todo lo que se nos presentara del 2012 hacia adelante, iba a ser completamente mayúsculo con lo agobiante que fueron las gestiones panistas, como lo definiera el corrupto ex mandatario que gobernó durante 1988 a 1994, los gobiernos blanquiazules representan la década perdida.
Por lo anterior, las entrelíneas que se escriben cada vez que el dueño de SDPnoticas.com adula lo “bien” que lo ha venido haciendo el PRI y su personaje copetudo, se trata de omitir abiertamente que la enorme diferencia entre las dos últimas administraciones panistas y esta nueva gestión priísta, radica muchísimo en el enorme oficio político que ostenta el partido jurásico. Nunca será lo mismo la experiencia de un viejo lobo que durante, y a lo largo de su historia se movió para todas las ideologías políticas –derecha, centro e izquierda-, según su conveniencia, esto, comparado con la de una manada de ovejas acomplejadas de burguesía y ultraconservadora, se evidenció rápidamente su inexistente oficio político. Y es que no se necesita ser un genio para hacer una rápida evaluación, sólo hay que poner atención en los detalles.
Los panistas estuvieron a punto de hundir todo un proyecto de años oligárquico en las elecciones del 2006, se tuvieron que robar la vitoria con un supuesto resultado de ínfima diferencia numérica –que con dicho dato duro, ameritaba la anulación-, y con tan amarga experiencia, el PRI comenzó hacer la tarea con creces. Primero replicó y superó la estrategia del exregente del Distrito Federal que gobernó durante el 5 de diciembre del 2000 hasta el 29 de julio del 2005, promoviendo su imagen de “buen” gobernante en los principales medios nacionales, así mismo, se cuidó y asesoró ampliamente al copetudo sobre el manejo de su imagen pública, evitando toda entrevista o exposición comprometedora –sin evitar su fiasco público de la FIL Guadalajara y la protesta en la Ibero-, orquestando toda una campaña en redes sociales y medios alineados al régimen para minimizar todo incidente, pasando así a una campaña que tuvo la anuencia de la élite empresarial del país, para culminar con un proyecto de ingeniería financiera sin precedentes en las lecciones de México, de gestar una red financiera de gran calado, y así logra nuevamente la oligarquía en la imagen del copetudo y de la mano del PRI deshacerse de la torpe y desechable burguesía panista, asegurando un triunfo holgado con la compra grotesca y excesiva de votos el día de la elección, mediante mecanismos financieros como las tarjetas monex y soriana.
Que no se nos olvide que el partido tricolor viene de una muy enraizada tradición política de corrupción, manipulaciones, espejismos, asesinatos políticos, manejo de medios, genocidios estudiantiles, robos presidenciales, asesinato de su propio candidato presidencial incómodo, aprehensión de líderes sindicales incómodos, captura de capos de la droga ayer y absueltos hoy, desfalcos de las reservas nacionales, huidas al extranjero, vínculos con el narcotráfico, hermanos corruptos y encarcelados, , privatizaciones y disminución del Estado, prácticas de complicidad para robar y dejar robar, ideologías como el que no tranza no avanza, y muchas más linduras de las que la sociedad mexicana está acostumbrada, y que ya son parte de la idiosincrasia como mexicanos.
A todo esto, no hay absolutamente nada de malo exponer la mediocridad panista de los últimos doce años comparado con el hábil oficio político priísta, pero de ahí que se nos quiera hacer creer un espectacular gobierno del PRI y de su habitante en los Pinos, es ignominioso y grotesco, y más aún de un hombre como Federico Arreola que criticaba en el 2006 a todo adulador del régimen panista, cuando la realidad era un desastre.
El Apunte
El punto no es que sea mejor un viejo lobo conocido que uno nuevo por conocer, lo que hace la diferencia y se espera de todo esto, es oficio político de los priístas, y nada más.

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