De la Redacción
Periódico La Jornada
Viernes 24 de agosto de 2012, p. 10
La espiral de barbarie que representan los 95 mil 632 asesinatos registrados en México en el sexenio del presidente Felipe Calderón confirman “el fracaso terrible de la estrategia ‘militar’ establecida hace seis años” por el mandatario, con el apoyo constante, principalmente financiero, de Estados Unidos, sostuvo ayer el diario francés Le Monde.
En un editorial titulado México, la espiral de la barbarie, el periódico puso en duda que la elección del priísta Enrique Peña Nieto cambie gran cosa y consideró que la situación en México constituye un desafío para Estados Unidos y Europa, donde la prosperidad de los mercados de estupefacientes y la venta de armas alimenta directamente la violencia mexicana.
No es un desafío exótico, sino mundial, que no debería ser indiferente, planteó el vespertino de París, que cuestiona el optimismo mostrado por el mandatario en sus alocuciones públicas.
Hace dos años, el presidente Felipe Calderón se felicitaba por los resultados de la guerra de gran envergadura entablada desde el comienzo de su mandato, en diciembre de 2006, contra el crimen organizado y los narcotraficantes.
En su respuesta a quienes expresaron en 2010 su inquietud por el avance vertiginoso de la inseguridad en el país, Calderón dijo: Si ustedes ven la polvareda, es porque estamos limpiando la casa, recordó Le Monde, y destacó que “con base en la tendencia registrada en meses recientes, se estima en 120 mil el número de homicidios durante el mandato de Calderón. O sea, más del doble de la cifra antes evocada, de por sí alucinante, de 50 mil.
Esta verdadera hecatombe constituye, de lejos, el conflicto más mortífero del planeta en el curso de los últimos años.
De acuerdo con Le Monde, más allá del número de muertos estrictamente ligados a la lucha contra las drogas, se desarrollan verdaderas industrias del secuestro, la extorsión económica, la prostitución, el tráfico de personas y de órganos. La carta de homicidios demuestra que éstos no se limitan a las regiones de fuerte implantación de bandas, sino que hay una tendencia a diseminarse sobre casi todo el territorio.
Atribuyó la espiral de la barbarie a la guerra contra el narcotráfico y al cobro de cuentas entre cárteles de las drogas, y evocó el hecho de que la problemática ha afectado a periodistas y decenas de alcaldes, víctimas del chantaje y la corrupción. Parece que se han acabado todos los tabúes sobre el respeto a la persona humana.
Además, el rotativo estimó que hacia el futuro no parece que haya quien proponga una política alternativa, dado que el mal es profundo, el miedo arraigado y la miseria endémica. Y se puede dudar que la elección de Peña Nieto cambie gran cosa: ésta señala el retorno al poder del PRI, que dominó la vida política del país por decenios, en un marco de corrupción y complacencia respecto de los narcotraficantes.
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