sábado, 24 de mayo de 2014

¿Por qué les molesta el interés de la sociedad de conocer el rumbo de la economía mexicana?

@jorgekravitzsáb 24 may 2014 11:20
  
 
El tema de si la economía avanza, retrocede, se estanca, entra en recesión o que los pesimistas sólo se enfocan en ver las fatalidades antes que ver las oportunidades, eso no es lo verdaderamente relevante.
¿Recuerdan el barullo que se generó en las redes sociales, en los medios y en la sociedad mexicana con las diez preguntas formuladas para el telenovelero habitante de Los Pinos sobre la reforma energética?, y también recordarán que la raíz de ese cuestionamiento público, surgieron un sinfín de voces en contra y a favor por las diez preguntas planteadas por el cineasta Alfonso Cuarón a Peña Nieto, y que por cierto, más que uno se sintió ofendido por la osadía del premiado cineasta de pretender fungir como un vocero social para cuestionar a la clase política sobre decisiones trascendentales para el país.
Resulta que ahora el tema de revuelo no son 10 preguntas sobre el curso de la economía mexicana formuladas por un reconocido y galardonado director del séptimo arte, tampoco se trata de una última pregunta para solicitar un debate público con el doctor Luis Videgaray, en el que se explique en cadena nacional y en horario “prime”, con reglas modernas donde esté prohibido leer a los participantes, así como el uso de un diálogo comprensible para la ciudadanía, para que se nos digan las razones de por qué carajos desde hace 30 años la economía de este país no ha crecido. No, esta vez la sociedad mexicana no fue movida por un cineasta, sino todo lo contrario, ahora fue un medio –El Financiero- especializado en temas de finanzas y economía el que comenzó con la “grilla” económica, al interpretar datos del Inegi donde se veía que México estaba entrando en una recesión económica. Información suficiente para que los “resentidos” izquierdistas comenzaran a circular las catástrofes que vendrían al confirmarse una recesión, y con ello, el cumplimiento de las profecías que gustan decir los izquierdistas que desean ver hundido este país, a pesar de que también a ellos terminen siendo afectados.
Parece que todavía a estas alturas nadie quiere reconocer la historia de los últimos 30 años que hemos venido viviendo los mexicanos con 5 sexenios consecutivos de aplicarse las recetas del apóstol Milton Friedman. Nadie de los conservadores en su sano juicio quiere aceptar que México ya lleva treinta años buscando la “modernidad” de la economía y de la nación de forma ininterrumpida,desde Miguel de la Madrid, hasta el telenovelero de Peña Nieto, en todo este tiempo se ha llevado un script económico de cada uno de los 10 preceptos que contempla el Consenso de Washington. La derecha tecnócrata del país durante las tres décadas se ha justificado y reprochado con eufemismos de peligros para México cuando han visto amenazado su proyecto generacional de desarrollo, lo cierto es que ni con dos fraudes electorales de 1988 y 2006, y un tercer fraude muy bien disfrazado en el 2012 con una enorme y compleja red de financiamiento, se ha podido demostrar en los hechos las bondades económicas dictadas por los fanáticos del libre mercado que insistentemente sexenio tras sexenio han impuesto a los mexicanos.
Lo que sí ha cambiado y bastante, es el número de pobres nuevos que se han creado en el país año con año, de los cuales las cifras son alrededor de 55 millones de pobres, contrastado contra 55 multimillonarios nuevos y contando ahora con la aprobación de la reforma energética, lo que demuestra realmente, es que se ha instaurado, o mejor dicho, que los preceptos del párroco Milton Friedman sugieren que exista una acumulación de la riqueza del 1% de la población, para que sean esos multimillonarios, los que les den de comer al 99% de la población por medio de la creación de más empresas trasnacionales, o como ahora se les conoce, empresas globales.
El tema de si la economía avanza, retrocede, se estanca, entra en recesión o que los pesimistas sólo se enfocan en ver las fatalidades antes que ver las oportunidades, eso no es lo verdaderamente relevante, tampoco es relevante si los “resentidos” insultan, critican, cuestionan otrollean a columnistas en las redes sociales, lo transcendental para la sociedad mexicana no está en qué porcentaje ha crecido la economía cada trimestre con respecto al 2013 o comparado con 1960, lo que realmente le interesa a la sociedad mexicana  es que el salario que recibe semanal, quincenal, catorcenal o mensual, le alcance lo suficiente para poder aspirar a una mejor calidad de vida, una vida en la que sabemos que siempre habrá carencias para el que se administra mal, o para que el que no le gusta trabajar y que prefiere holgazanear, pero para el resto de los mexicanos que buscan día a día el sustento de su familia, y para las personas que trabajan y luchan diariamente para acceder a sistemas educativos gratuitos y privamos con la finalidad de mejorar sus condiciones de vida, para todo ese grueso de la sociedad que conformamos este país de mujeres y hombres trabajadores, es que algunos decidimos alzar la voz ante los fracasos de unos pocos –la élite tecnócrata que nos ha gobernado- y de las consecuencias que debemos de pagar todos los de abajo.
Hay quienes viven o les alcanza por su trabajo o por su emprendimiento tener una vida como se suele decir de “clase media alta” rayando en aburguesados, que sólo se limitan a insultar al de abajo, sin darse cuenta que gracias a todos ellos, la industria y la economía de este país no sería lo que es hoy, a pesar de los miserables salarios que reciben los obreros y asalariados gracias a las políticas económicas draconianas de tres décadas.
El hecho que la economía no ha mejorado y el tiempo se está acabando, el pueblo mexicano ya lleva tres intentos reales de cambio en los últimos 30 años -1988, 2006 y 2012-, ¿cuánto más aguantará contener la oligarquía al número de millones de pobres que va en aumento?
El Apunte
Si queremos modernizar a México, debemos entonces aprender a interactuar, educar e impulsar una sociedad más crítica y participativa, de lo contrario, ninguna riqueza será suficiente para hacer mover a México.

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