Reforma energética apunta a un “fondo de inversión transnacional”
Coldwell y Videgaray presentan leyes secundarias de la reforma energética. Foto: Octavio Gómez |
MÉXICO, D.F. (apro).- Las leyes secundarias en materia energética planteadas por el gobierno priista de Enrique Peña Nieto abordan los ingresos de la renta petrolera como “un fondo de inversión transnacional” y no como una política económica de Estado.
De acuerdo con la Ley del Fondo Mexicano Petrolero para la Estabilización y Desarrollo, que será el que reciba los millones de pesos por permitir a empresas privadas, nacionales o internacionales, explorar y explotar los hidrocarburos mediante diversos tipos de contratos, se creará una “reserva del fondo”, mismo que podrá ser invertido en “bonos soberanos”, “bono soberanos indexados a la inflación”, “bonos corporativos y acciones”; más aún, se podrán “usar derivados” –instrumentos de deuda volátiles y de alto riesgo que generaron la crisis económica de 2008–.
Pero además, se podrá tomar una parte de tales recursos “para fondear un vehículo de inversión especializado en proyectos petroleros”.
Es decir, se podrá invertir una parte del recurso en algunos de los fondos que hay en el mercado financiero y que se especializan en temas petroleros.
Ejemplo de ello es el llamado Fondo Navix, creado por el hijo de Francisco Gil Díaz, Gonzalo Gil White, el que a su vez ha adquirido acciones de la empresa petrolera Oro Negro, en donde por cierto participa el exdirector de Pemex, Luis Ramírez Corzo.
El fondo, lugar a donde parará todo el dinero que las empresas entreguen a Pemex por participar de la renta petrolera, se encargará de sufragar el “sistema de pensión universal”, aprobado recientemente en la Cámara de Diputados.
También deberá financiar el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas, el Fondo de Extracción de Hidrocarburos, así como dos fondos del Conacyt, uno para investigación científica y otro de sustentabilidad energética.
De lo que sobre en recursos se creará la “reserva del fondo”, misma que será invertida en diversos instrumentos financieros, como ya se mencionó previamente.
El fondo estará conformado por un comité con tres miembros de gobierno y cuatro representantes independientes, electos por dos terceras partes del Senado. Estas siete personas determinarán a cuáles fondos invertir y también se encargarán de manejar todo el dinero mediante un “fideicomiso” al cual nadie tendrá acceso.
Este fideicomiso tendrá un tratamiento distinto al de los fideicomisos públicos y sus estados de cuenta sólo se harán públicos cuando así lo considere el comité técnico integrado por esas siete personas.
Asimismo, el fondo se manejará por el Banco de México (Banxico) y podrá negar la información apelando al artículo sexto de la Constitución, en que se aducen razones de “seguridad nacional” para negar su transparencia.
El perfil para ocupar alguno de los cuatro espacios de miembro independiente en el comité técnico es el de banquero, corredor de bolsa, actuario o experto en manejo de fondos de inversión.
Si por alguna razón los siete miembros cometieran un error al invertir en un fondo que “se cayó” o se fue a la quiebra, generando un quebranto a las finanzas del país, según la propia ley del fondo se les exime de toda responsabilidad, siempre y cuando las variantes económicas que existían cuando se tomaron las decisiones hayan sido considerados las mejores en el escenario.
Otra de las propuestas que serán discutidas en la Cámara de Diputados será la creación de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, donde se establece, por ejemplo, que por cada kilómetro que una compañía explore o explote, desde el momento mismo en que firme su contrato con Pemex, deberá pagar a lo largo de un lustro una cuota o renta de 2 mil 650 pesos por kilómetro cuadrado y, a partir del siguiente mes (el 61), la cuota aumentará a 4 mil 250 pesos por kilómetro cuadrado.
Además, en lo que se conoce como “regalías”, Pemex decidió fijar una cuta “moderada” “cuyo nivel dependerá del precio del hidrocarburo”. Por ejemplo, si una empresa vende a 100 dólares el barril de petróleo, la tasa de la regalía a pagar a la paraestatal será de 10% para el petróleo producido.
Aparte, se le cobrará a la empresa “un bono”, también con un monto “moderado”.
Y por cada tipo de contrato se harán distintos cobros; así, podrán ser contratos de licencia, de utilidad y de producción compartida.
Por lo que se refiere al régimen fiscal de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se propone “dotar a ambas de un régimen especial que les otorgue autonomía presupuestaria, sustrayéndolas de los controles y reglas asociados al proceso presupuestario, manejo de la deuda y control del gasto” a los que actualmente están sujetas.
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