domingo, 29 de marzo de 2015

COLUMNAS

Alexis Tsipras. Predicando con el ejemplo

sáb 28 mar 2015 11:03
 
Tsipras ha entendido muy bien su papel y su responsabilidad de Primer Ministro

Grecia sin duda es un país que encanta, desde su historia, sus bellezas naturales, pero sobre todo, su gran influencia en el desarrollo de la cultura occidental, sin embargo, este país mediterráneo en los últimos años ha estado inmerso dentro de una verdadera tragedia, y sí, la podemos llamar una tragedia griega. En el 2008, por lo menos de manera oficial, se reconoce el inicio de una crisis económica, misma  que al pasar ya casi 7 años, ha cobrado una factura muy alta a la sociedad griega, sus efectos han sido devastadores: Desempleo, cierre de centros de trabajo y de negocios, recortes al gasto público, recortes a pensiones, aumento de impuestos, recortes a la cobertura sanitaria y educativa, desalojos, separación de familias, migración, embargo de inmuebles, aumento de la delincuencia, aparición de grupos filonazis, suicidios, empobrecimiento de la población y una deuda pública la cual es el común denominador de esta situación. El rescate financiero ofrecido por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional, y la Comisión Europea, han impuesto una serie de medidas que han ahogado, literalmente, a la economía y a la sociedad griega.
Dentro de todo este panorama oscuro, se comienza a escuchar de manera más fuerte la voz de un joven ingeniero egresado de la Universidad Nacional Politécnica de Atenas; Alexis Tsipras, líder de la Coalición de Izquierda Radical (Siriza)
Tsipras, se ha caracterizado por su independencia de opinión, su vida familiar es un ejemplo de ello, en un país en donde la religión mayoritaria, la Ortodoxa Griega, tiene un peso muy grande en la sociedad, él se ha mantenido firme a sus convicciones: Ateo declarado, vive en unión libre con Peristeria Batziana, con quien ha procreado dos hijos: Foibos Pablos y Orfeas Ernesto, quienes no fueron bautizados, además de ser conocido su rechazo para usar corbata.
No es un político tradicional, de molde, después de ganar con amplio margen de ventaja las elecciones legislativas del 25 de enero de 2015, obteniendo un 36.38% de los votos, a casi 8.5 puntos por encima de su rival, el hoy ex primer ministro Antonis Samaras, quien obtuvo un 27.81% de los sufragios, desde la toma de protesta de su cargo que ante la sorpresa de muchos, hace el juramento sobre la constitución y no sobre la biblia, Tsipras ha marcado un antes y un después en la forma de hacer política. Siempre cercano al pueblo, desde el primer día de su administración comenzó a hacer acciones a favor del pueblo, como por ejemplo el aumento al salario mínimo, reinstalación de algunos trabajadores que fueron despedidos por los planes de recorte derivados del programa de rescate financiero, baja de impuestos, y lo que ha marcado más su administración: La renegociación inmediata de la deuda griega.
Esta renegociación no ha sido  fácil, de la mano del ministro de economía Ianis Varoufakis, ha habido un sinnúmero de reuniones tanto con líderes europeos, así como con dirigentes de organismos internacionales, la idea: Sacar a Grecia del atasco económico y revertir los efectos sociales del “rescate financiero”, también conocido como Troika.
Tsipras ha entendido muy bien su papel y su responsabilidad de Primer Ministro, siempre cercano al pueblo, ha tomado algunas medidas que aunque algunos las han tachado de “simbólicas”, él las ha tomado como una forma de respetar la inteligencia y dignidad del pueblo griego en un momento de crisis. Ha puesto a la venta coches de lujo que fueron adquiridos por la administración anterior, que a pesar de la crisis económica, adquirió  vehículos para el uso de funcionarios mayores, algunos con valor cercano a los 800,000 euros, además de poner a la venta un avión, el mensaje es muy claro: El gobierno no se puede dar lujos cuando la enorme mayoría de la población vive con dificultades económicas. Pero él ha ido más lejos: además de que todo alto funcionario público deberá de usar sus propios automóviles para trasportarse, los viajes aéreos que hacían los mismos, los harán en clase económica y no en clase ejecutiva como tradicionalmente se hacía.
En este punto cabe hacer mención de un hecho que destaca: El pasado 21 de marzo, Tsipras viajó a Bruselas a una reunión sobre la deuda griega, él decidió viajar junto con sus auxiliares en un vuelo regular y en clase turista, y no utilizar el avión oficial, que bien pudo haberlo usado.  Ese mismo día, en Atenas, una niña de 12 años, llamada Despina, debía de ser trasladada de urgencia a un hospital de la ciudad Alemana de Hannover a fin de que fuera sometida a una cirugía ya que tenía un tumor en el cerebro, a través de un ONG, quien auxiliaba a la menor y a su familia, deciden contactar a la oficina del primer ministro con el fin de solicitar ayuda, se le comunica la situación a Tsipras y su decisión fue de que menor fuera transportada de manera inmediata a la cuidad de Hannover en el avión oficial, que lo repito, es para los viajes internacionales del Primer Ministro. El día de hoy, la menor se encuentra en recuperación.
Tsipras sabe convencer, él mismo es el ejemplo, persona sencilla y accesible, es muy bien conocida su admiración por el Che Guevara y su verdadera preocupación y cariño a su país, no le teme a su gente, no necesita de un ejército de guardaespaldas, ni de seguridad especial. En otro hecho destacable: El 25 de marzo se celebra el inició de la guerra de independencia griega, para conmemorarlo se hace un desfile militar, y en un hecho inédito, ordena que no fueran instaladas las vallas de protección, ni para él y su equipo, ni para los invitados especiales y ni para nadie, él demuestra con hechos la confianza que le tiene a su pueblo.
Los desafíos que tiene Tsipras por delante son enormes, superar la deuda externa griega será sin duda su mayor reto, pero no el único; además deberá de reactivar a la planta productiva, mejorar los niveles de educación y de salud así como atender los efectos sociales que la crisis ha dejado.  Si bien es una tarea titánica, en la que muchos guardan escepticismo y lo ven como una lucha a muy largo plazo, lo que queda claro es que la victoria de Tsipras representa el triunfo de la dignidad, el triunfo de la esperanza, en una época marcada por los “valores” del neoliberalismo en lo que todo se ha convertido en una mercancía objeto de comercio, Grecia, el país en donde nace y se forma en gran medida la civilización occidental a la cual en gran medida pertenecemos, nos dice, nos recuerda que la dignidad, la esperanza y la inteligencia de un pueblo, de una nación  no se pueden ni vender ni comprar.

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