sábado, 28 de marzo de 2015

Otra censura a Aristegui: El avión de Peña

El nuevo avión del presidente en la base militar de Santa Lucía. Foto: Universidad Aeronáutica UNAQ
El nuevo avión del presidente en la base militar de Santa Lucía.
Foto: Universidad Aeronáutica UNAQ
MÉXICO, D.F. (apro).- Un mes antes de difundirse en Proceso y aristeguinoticias.com el reportaje sobre la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, que fue proscrito en MVS por orden de Joaquín Vargas, se produjo otro acto de censura contra Carmen Aristegui, esta vez relacionado con el nuevo avión presidencial: Fue borrado de la empresa absolutamente todo lo que ella informó.
El viernes 10 de octubre, Aristegui dio a conocer detalles del Boeing 787 Dreamliner –que por cierto Peña estrenará tras las elecciones de junio– y, citando al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que el costo sería de mil 733 millones de pesos, cuando en realidad nos costará más de 7 mil millones.
Apenas terminó el noticiero, a las 10 horas, la orden del director de noticias de MVS, José Antonio Vega “El Chino”, fue bajar de la página de MVS Noticias toda la información sobre el avión, salvo la nota de Ruiz Esparza –que puede seguirse consultando–, y se eliminó, además, el video íntegro de la intervención de Aristegui sobre el tema.
Como parte del convenio con MVS, la página aristeguinoticias.com había subido este video, pero también repentinamente desapareció y, en su lugar, fue colocada en pantalla un letrero: “Este video cuenta con contenido de Stereorey México, S.A.-MVS, quien lo bloqueó por razones relacionadas con los derechos de autor”.
Cuando el equipo de Aristegui preguntó por qué habían bajado el documento, directivos de MVS alegaron que la página había sido víctima de un hacker, pero luego un técnico de YouTube acreditó que la responsable era la empresa. “Esto es censura editorial”, definió la periodista.
Aristegui sabrá por qué no ha hablado de esto ni sobre el extraño robo que sufrió en las instalaciones de aristeguinoticias.com hace exactamente un año, el 22 de marzo de 2014 –días antes de revelar la presunta red de trata de mujeres del priista Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre–, ni tampoco sobre las intimidaciones que ha padecido sobre su familia.
Sobre lo que ya habló, una vez que fue despedida de MVS, es sobre la orden que recibió de no transmitir en su noticiero el reportaje de la Casa Blanca, el lunes 10 de noviembre –tal como aquí se acreditó la semana pasada en “Caso Aristegui: Fue Peña”–, y sobre las presiones del gobierno para que así sucediera.
En la entrevista con Jenaro Villamil, en Proceso, confirma lo que aquí se escribió, en el sentido de que si difundía el reportaje sería despedida junto con su equipo. “Se colocó, efectivamente, el dilema de que si se transmitía esa información en Noticias MVS se daba por sentado que el programa desaparecería”.
La semana pasada escribí que fue Alejandro Vargas, director de MVS Radio, quien transmitió a Aristegui la orden de no difundir el memorable reportaje en su espacio, pero en la entrevista con Yuli García, de El Universal, identificó al autor de la censura: Joaquín Vargas, presidente del consejo de administración del Grupo MVS.
Está pendiente aún quiénes fueron los operadores del gobierno de Peña, que Aristegui afirma que intervinieron, para censurar la investigación desde al menos septiembre, cuando se pidió a la Presidencia de la República su opinión sobre el particular y de inmediato los Vargas activaron “la búsqueda de comprensión” para ocultar ese trabajo. Pero eso sin duda se sabrá.
Lo que resulta ya risible es que MVS niegue la censura, que fue no difundir el reportaje en el noticiero de Aristegui, y alegue que se le despidió por haber firmado un acuerdo con MexicoLeaks, un mero pretexto.
Felipe Chao, vicepresidente de MVS, afirma que no hubo censura, porque Aristegui “decidió darle la exclusiva del reportaje” a su portal –omitió a Proceso–, el domingo 9 de noviembre de 2014 y al día siguiente, el lunes 10, más del 50% del tiempo del programa fue dedicado al reportaje de la Casa Blanca.
Si así fue, ¿cómo permitió MVS que Aristegui se apropiara de una investigación financiada por la empresa? ¿No es eso más “abuso de confianza” y causal de rescisión del contrato que firmar un acuerdo con MexicoLeaks? Pero no sólo no lo hacen, sino que renuevan el contrato y le compran un coche de lujo.
Si no hubo censura al reportaje, y ella lo compartió con Proceso, ¿por qué MVS no publicó desplegados, como sí lo hizo tras el acuerdo con esa plataforma? ¿Por qué, si no hubo censura, el equipo de Aristegui era ignorado y visto con recelo por los directivos?
Si no hubo censura, ¿por qué borraron de las cuentas de MVS todo lo relacionado con Aristegui y el avión de Peña de más de 7 mil millones de pesos? ¿O ya nadie se acuerda, ni Aristegui?
Apuntes
El 10 de noviembre de 2014, escribí en este espacio: “Llama la atención que en la página de los espacios noticiosos de MVS, su página de Internet y su cuenta de Twitter no haya una sola referencia al trabajo del equipo de Aristegui. Ojalá que el gobierno de Peña no tenga la misma tentación de Felipe Calderón, que ordenó a los Vargas, dueños de MVS, el despido de Aristegui y que debió reinstalar tras una vigorosa movilización ciudadana. La empresa es de los Vargas, pero el espectro radioeléctrico es de los mexicanos y Peña sólo está de paso…” Me hubiera gustado equivocarme. Hoy, quién inteligente puede dudarlo, la venganza de Peña contra Aristegui tiene un efecto multiplicador en los derechos constitucionales de expresión y de información de la sociedad. No puede haber equívocos: El mensaje no es sólo para los periodistas críticos, también alcanza a los cortesanos y oficiosos. El mensaje es peor en los estados: Los gobernadores, alcaldes y caciques pueden descabezar a quien consideren incómodo. Ya la muestra la puso Peña…

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