domingo, 15 de febrero de 2009

BAJO RESERVA.

Fox tuvo que aguantarse las respuestas a Fidel Castro






En el Consejo Nacional del PAN creció la expectación por lo que pudiera decir Vicente Fox en respuesta a los calificativos que le lanzó, desde La Habana, Fidel Castro. Lo menos que le dijo al guanajuatense fue “vil traidor”. Al parecer, el ex presidente ya estaba enterado de los comentarios del líder de la revolución cubana, y que las agencias internacionales de noticias ya habían reproducido a lo largo de la mañana. A Fox, nos cuentan, le pidieron no hacer declaraciones, ni sobre lo dicho por Fidel Castro ni de ningún otro tema, para no robar la atención de los medios de su Consejo Nacional. Para tranquilizar su ímpetu, que lo lleva a hablar de todo y a generar enredos y en ocasiones muchas risas, se le eligió para presentar la estrategia política que habrán de seguir los candidatos panistas en las elecciones de este año. No de muy buena gana aceptó don Vicente, quien luchó hasta el final por portarse bien.





Quien refrendó su filiación al grupo de los “catastrofistas” fue Andrés Manuel López Obrador. Asegura que si no se reorienta el presupuesto federal y no se apoya de manera decidida al sector productivo nacional, en breve comenzarán a morir, en principio, las medianas y pequeñas empresas, quedando en el desamparo laboral millones de mexicanos. Ya adelantó que el martes se apersonará en el Palacio Legislativo de San Lázaro para demandar de los diputados federales la aplicación, sin excusas ni tardanzas, de un agresivo plan de austeridad. Pronosticó que los niveles de violencia en todos los rincones del país crecerán a tal grado que el país podría quedar fuera de control. Esto lo dijo desde Sonora, donde fueron ejecutadas alrededor de 200 personas en 2008, más una treintena en lo que va de este año.





“¿Le parece una pregunta seria?” Así respondió el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, cuando un reportero le preguntó si México era un “Estado fallido”. Ya con el enojo reflejado en el rostro, encaró a los periodistas que se encontraban en la sede del PAN siguiendo las incidencias de su Consejo Político. “Por supuesto que lo descarto. Es un Estado que está operando”. Minutos antes, don Fernando lucía contento. Estaba a punto de entrar al auditorio Manuel Gómez Morín, cuando su esposa le pidió algo de dinero para comprar un café. De inmediato sacó algunos billetes y se los entregó. “Para que vean que soy hombre de casa y cumplidor con el gasto”, les dijo a los reporteros que atestiguaban la acción.

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