La detención de los 17 presuntos culpables del asalto al campamento de retiro en Chalco y la violación de al menos 5 menores de edad, debía ser la acción correcta por parte de la procuraduría de justicia del Estado de México a cargo de Alfredo Castillo. Investigar y llevar a cabo las detenciones lo antes posible, su obligación.
Y aunque no sorprende, sí molesta la absurda propuesta de Ciro Gómez Leyva en su columna del pasado 20 de junio en Milenio, quien al referir que las detenciones han sido cuestionadas por varios actores involucrados y que a Castillo le cuesta comprender semejante cuestionamiento, sugiere que se estaría socavando "su noche de éxito".
Increíble expresión de insensibilidad tratándose de un caso de semejante naturaleza, no de la desarticulación de una banda de robacoches o de robadores a transeúntes. Máxime que en ese momento se sabía ya que una chica de catorce años del mismo Estado de México, había sido asesinada después de denunciar una violación (¿la captura de su violador y de su asesino se convertirá en otro caso de “éxito”?).
Pero no es novedoso este planteamiento de querer convertir una obligación o incluso un absoluto fracaso, en éxito. Anteriormente, cuando se detuvo para luego dejar escapar al más reciente asesino serial conocido del Estado de México, se planteó como éxito su captura por segunda ocasión, maltrecho el criminal luego de una caída durante su escapatoria de la oficina de la policía. ¡Todo un éxito!, celebraron quienes realizan este periodismo de la estupidez o de la complicidad.
Primero, se trata de una obligación de la policía el cumplir con su deber y aunque no se trata de desconocer sus méritos cuando los haya, la sensibilidad periodística debe estar presente cuando se trate de casos de violaciones o asesinatos. Segundo, es evidente que en el Estado de México han fallado una y otra vez las políticas y programas de prevención del crimen. Y esto involucra a responsables como Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto y a Eruviel Ávila, durante cuyas gestiones en la gubernatura no sólo no se ha detenido el crimen, sobre todo contra las mujeres, sino que, en el caso de los "femenicidios", ha crecido al grado de en ocasiones llegar a ser el Estado número uno del país con padecimiento de dicho fenómeno y ser prolongadamente un grave problema social.
Incluso Wikipedia le dedica un apartado especial al mismo. Esto dice, entre otras cosas:
"Varias organizaciones sociales presentaron una solicitud de alerta de género en el territorio mexiquense por esta causa, pero fue rechazada en 2011 en la reunión del Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, pues las representantes de los gobiernos priistas apoyaron el argumento del Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social mexiquense de que se trataba de una estrategia para afectar la imagen de Enrique Peña Nieto, gobernador de la entidad, en miras a las elecciones federales mexicanas de 2012.".
¿Que detengan a unos rateros-violadores de un campamento, que detengan a un asesino-violador serial de mujeres, hoy, después de tantos años de la gravedad de este tipo de crímenes en el Estado de México, que rebasa por mucho al fenómeno de los asesinatos de las mujeres de Juárez, debe considerarse un "éxito"? ¿Estamos ante torpeza, moda o complicidad periodística?
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