miércoles, 26 de septiembre de 2012

Crítica a desafortunado mensaje de general colombiano JANE DE LA SELVA


Durante la administración de Felipe Calderón, se avanzó para concretar la intervención extranjera en los asuntos internos, ocultado esto por montajes mediáticos de falso nacionalismo o por piezas de filmación elaboradas ex profeso por “garcialuna productions” que ensalzan “efectividad” de fuerzas federales. La incidencia de Estados Unidos en decisiones de gobierno en México es innegable así como la pérdida de autonomía en este sexenio. En situación de “asistir” a la procuración de justicia nos enviaron a Marisela Morales como su informante directa luego de desplomarse el helicóptero de Blake Mora. Ahora, nos mandan al general colombiano Oscar Naranjo a dirigir (aunque ellos quieren que se diga a “asesorar”) el combate al narco de acá. Será mano derecha y consejero de Peña Nieto en cuestiones de seguridad. Pero la droga o producto de aquellos lares de donde proviene el general sigue produciéndose y saliendo de Perú de Bolivia de Colombia, se sabe que hasta en la frontera venezolana hay laboratorios. Esto es lo que no entendemos. El general Naranjo pronuncia un mensaje desafortunado al llegar a nuestro territorio: Que ya los narcotraficantes mexicanos, como saben que él ha llegado con mano dura, han comenzado a criticarlo, a crearle mala reputación. Ninguna persona que conozco ninguna asociación civil o gobierno extranjero que cree en la despenalización de las drogas y la promueve, concluyendo por recomendación científica que este flagelo es un reto de salud, es narcotraficante, señor Naranjo, y vamos a continuar criticando y rechazando las políticas que usted representa porque no han dado y mientras no den, resultado. Porque conocemos las estadísticas que han arrojado otras regiones del orbe donde la despenalización y la educación al respecto en este tipo de comercio o de consumo ha comprobado erradicar la violencia y el abuso del producto que ya no es ilegal. Nosotros criticamos y rechazamos las políticas bélicas a favor de la “prohibición” por el bien de la nación, del pueblo de México, quien es el que padece los estragos del armamento en mano que no ha llegado a ningún lado porque muertos o atrapados los delincuentes les sigue quien les siga, queda arriba otro director y han seguido apilándose muertos. Lo que pedimos es consensuar para hablar abiertamente del tema. Regular, vigilar la salud, controlar la venta legislando. Terminar con la doble moral que engaña a la ciudadanía y prevalece sobre este turbio y prolífico negocio que ni en Colombia se ha erradicado. Recursos “ilegales” generados de ello continúan a diario siendo regados por el mundo sin ser incautados ni detenidos. No es narcotraficante cualquiera que lo critique a usted, señor Naranjo, independientemente que la cloaca de humanos que se mueve en la clandestinidad para arrebatarse este negocio, lo haga. México no desistirá en la exigencia de establecer políticas transparentes ante la ciudadanía. Políticas que colaboren para instaurar el Estado de Derecho, porque perdido justamente este por causa de estrategias inmersas en la oscuridad de la corrupción o en la falta de sensatez es que nuestro país está como está, sumido en una matazón interina que se mira como una nebulosa de un mal inconcebible, al conocerse que sólo a grandes intereses conviene, muy alejados del verdadero bienestar de la ciudadanía.

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