Hace algunos días dije en esta columna que para hacer cortina de humo sobre porquerías que contiene la reforma laboral, el PAN y el PRI harían básicamente una pantomima en la cual hacían como que se peleaban sobre la falta de transparencia en los sindicatos. Una especie de "puto tú, no más puto tú" entre el PRI y el PAN para distraer a la opinión pública y hacer que creamos que la reforma laboral es sólo eso.
Ayer, por ejemplo, el PAN salió precisamente a quejarse por el tema de la transparencia sindicali. De acuerdo con Reforma, el coordinador del PAN en San Lázaro, Luis ALberto Villarreal, dijo:
"Cada quien cargará con sus costos, yo escucho que el Presidente electo nos dice 'voy a proponer una iniciativa para que haya transparencia, voy a proponer una iniciativa que combata la corrupción' y también escuché que dijo que no tiene amigos.
"Bueno, pues vamos a ver en qué sentido vota su partido, si vota a favor de la transparencia, si vota a favor de combatir la corrupción al interior de los sindicatos y si efectivamente no tiene amigos a los que vaya a defender".
¿Y ya? ¿Ese es TODO el problema del PAN con la reforma laboral?
No me malinterpreten. Los trabajadores sí deberían poder elegir a sus dirigentes sindicales por medio del voto secreto, y sí deben los sindicatos tener transparencia, pero lo de los sindicatos es apenas la punta del iceberg. Vean toda la porquería que tiene la reforma laboral en este fragmento de un discurso pronunciado ayer en la Cámara de Diputados por Martí Batres precisamente en el tema de la reforma laboral:
El PAN introduce el desmantelamiento de los derechos de los trabajadores, eufemísticamente llamada flexibilización laboral, la fragmentación del salario y del empleo y el PRI mantiene intacto el viejo corporativismo sindical.
Las propuestas del PRD se encuentran fuera de este documento. Nosotros nos preguntamos: ¿y el voto universal y secreto para elegir a los dirigentes y las dirigentes sindicales dónde está?
La desaparición de las juntas de conciliación y su sustitución por jueces de tribunales laborales, el seguro de desempleo, el salario mínimo fijado por la Cámara de Diputados y no por una comisión técnica, la igualdad sustantiva entre trabajadoras y trabajadores, ¿dónde está?
La transparencia de los recursos públicos entregados a los sindicatos, ¿dónde están? Ninguna de las propuestas de avanzada se encuentran en este documento que estamos discutiendo. Es un documento que combina lo peor.
Ratifica, el documento a discusión, lo que plantea la iniciativa de Felipe Calderón impulsada también por Enrique Peña Nieto. Anula la estabilidad del empleo, facilita la imposición de bajos salarios, condiciona la permanencia en el empleo a la productividad, desaparece los contratos de planta, anula el pago de indemnizaciones por despido al preveer todo tipo de contratos temporales.
Abusa de los contratos a prueba, de capacitación inicial y de labores discontinuas, legaliza las renuncias en blanco al no prohibirlas; pulveriza el salario volviéndolo infinitesimal al preveer los contratos por hora.
Legaliza la libre subcontratación, las llamadas empresas outsourcing, generando un mundo de ficción. Anula las posibilidades de construir seguridad social, jubilación y prestaciones, pues trabajadoras y trabajadores no tendrán la permanencia necesaria para poder construir su futuro.
Acorta el pago de salarios caídos a un año, permite despidos arbitrarios, cancela todo tipo de protección a trabajadores domésticos, le da al patrón el poder de decidir si se ha comportado un trabajador de manera equivocada con clientes y proveedores.
Se legaliza el trabajo multiusos, retira la obligación del patrón de la entrega personal del aviso del despido por escrito, permite a la autoridad determinar si se estalla una huelga o no en definitiva. Desaparece de la ley las tablas de enfermedades y riesgos de trabajo.
Permite el aumento de accidentes de trabajo al condicionar y presionar el empleo a cambio de mayor productividad, cancela el carácter tutelar de la ley a favor de las y los trabajadores y privatiza las relaciones laborales al dar al patrón la potestad de decidir el cumplimiento de la normas laborales que se encuentran aquí.
La reforma que se propone es una contrareforma, es una regresión a condiciones jurídicas previas al siglo XX y a la Revolución Mexicana. No es una reforma de futuro, no es modernizadora, no es democratizadora.
Si el PAN y el PRI quieren seguir con su pantomima de hablar solamente de los sindicatos, seamos nosotros entonces los que les digamoa "YA DEJEN DE ESTARNOS QUERIENDO VER LA CARA. Esa reforma tiene chingaderas mucho peores y si la aprueban les vamos a retirar el voto en 2015."
Por que ese es el otro detalle: Si el PAN y el PRI imponen la reforma laboral, la única manera de echarla para atrás será votando en 2015 por la izquierda y de esa manera asegurar que tengan mayoría en San Lázaro para echar abajo a la iniciativa calideronista.
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