De Blasio y los pobres y ricos de Nueva York (de Mx y de todas partes)
Enarbolando ideas calificadas como progresistas por el propio De Blasio, éste ganó abrumadoramente la elección reciente expresando, sobre todo, que cobraría más impuestos a los ricos para utilizarlos en programas sociales (¿suena familiar en México?).
Gugliani y Bloomberg elevaron los niveles de seguridad de la ciudad de Nueva York (a costa aun de la libertad, como en el caso del cateo policial), pero también, en el contexto de la erosión de la clase media internacional, profundizaron la separación entre ricos y pobres (¿suena familiar a los mexicanos?). Así, la imagen de la ciudad de los homeless, los inmigrantes corroídos (pero con “oportunidades” que no poseen en sus países) y de los multimillonarios, es más vigente que nunca.
Enarbolando ideas calificadas como progresistas por el propio De Blasio, éste ganó abrumadoramente la elección reciente expresando, sobre todo, que cobraría más impuestos a los ricos para utilizarlos en programas sociales (¿suena familiar en México?).
Ya que ganó, los medios empiezan a decir que la campaña ha terminado y que el alcalde electo debe poner los pies en la tierra, olvidar el discurso y a sus electores si no quiere asustar a los ricos que se marcharán con su capital (¿suena familiar, México?). Por ejemplo, el gobernador de Nueva Jersey los ha invitado a que crucen el Hudson ya que De Blasio no promete si no molestias para ellos.
¿Entonces, los ricos no pagarán nunca en ningún lado? ¿Los políticos serán sólo títeres a su servicio?
En México se ha dicho que la “reforma hacendaria” de Peña Nieto (y del “Pacto por México”), cobrará más impuestos a los ricos, un impuestos progresivo. ¿De veras? De acuerdo al tabulador establecido, quien pagará en realidad es la clase media. Algunos argumentan que quien en México gana más de 500 mil pesos al año no es clase media sino rico. Pudiera ser, pero si se mira la perspectiva al revés. Porque el hecho de que haya muchos jodidos que no pasan de diez mil pesos o menos al mes no quiere decir que los que ganan 500 mil o más al año sean los más ricos.
¿Y por qué igualar el impuesto hacia arriba en vez de decrecerlo como debiera ser la perspectiva más propicia a la clase media y los pobres, no rasar a todos al 16 sino al 10%? Ya se ha dicho la raíz del asunto: las ganancias de esta igualación quiere prever el hueco que dejaría la privatización del petróleo mexicano.
La realidad es que en México los ricos no pagarán más impuestos. Digámoslo, los verdaderos ricos, no los burócratas de medio pelo para arriba que tienen asegurados sus sueldos privilegiados (que debieran ser drásticamente reducidos), ni los empresarios medianos. El Régimen de Consolidación Fiscal ha sido cambiado de nombre por el de Régimen Especial para Grupos de Sociedades que hace nimias modificaciones pero en el fondo continúa igual, es decir, los multimillonarios mexicanos que tienen en ese mecanismo un canal de evasión permanecerán en el goce de no pagar impuestos; y si pagan un poco, se los devolverán.
Es decir, Peña Nieto y todos quienes votaron favorablemente la “reforma”, entre otros, han mentido.
¿Sucederá lo mismo en Nueva York, mentirá Bill de Blasio a sus electores, se olvidará de ellos y los ricos quedarán impunes como en México?
¿Que se aplique un poco más la arribista y comodina clase media y que sigan jodiéndose los pobres? Bueno, esto parece ya un fenómeno universal que no acabará sino con…
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