domingo, 2 de febrero de 2014

La izquierda, con opción viable para llegar a la presidencia En Costa Rica votarán hoy por el sucesor de la actual mandataria, Laura Chinchilla, el candidato socialista José María Villalta, empareja en los sondeos al oficialista Johnny Araya.

Diputado y ecologista, Villalta, de 36 años, niega tener vínculos con el chavismo.
Diputado y ecologista, Villalta, de 36 años, niega tener vínculos con el chavismo.(Juan Carlos Ulate/Reuters)
San José
Apenas una que otra banderita partidaria ondea en las calles, pero los costarricenses acudirán hoy a unas reñidas elecciones en las que por primera vez la izquierda tiene opción de triunfo, con una segunda ronda a la vista.
Barrios y ciudades lucen tranquilos la víspera de los comicios a los que 3 millones de electores están llamados a votar por el relevo de la presidenta Laura Chinchilla, en un escenario incierto con cuatro candidatos preferidos; los principales son el oficialista Johnny Araya y el izquierdista José María Villalta.
Araya, ex alcalde capitalino de 56 años, candidato del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN, derecha), y el diputado y ecologista Villalta, de 36 años, aspirante del Frente Amplio (FA, izquierda), marchan a la par en los sondeos, lo que augura un empate técnico.
Muy de cerca les siguen el historiador Luis Guillermo Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC, centro), y el empresario Otto Guevara, del Movimiento Libertario (derecha), en un abanico de 13 candidatos en total.
Jugando futbol en las plazas, caminando por barriadas con puñados de seguidores, comiendo en mercados, visitando a los campesinos en sus cafetales, los candidatos buscan el voto hasta el último momento.
Pero ninguno, según los encuestas, conseguirá el 40 por ciento requerido para ganar hoy la presidencia, en unos comicios en los que también se eligen 57 diputados.
“Es prácticamente imposible que no haya segunda vuelta (6 de abril). Pero es difícil prever entre quién y quién”, afirma el analista político Víctor Ramírez, al referirse a lo atomizado de las preferencias y al cerca de 30 por ciento de indecisos que señalan los sondeos.
Reconocida por su estabilidad democrática y social, que contrasta con sus vecinos centroamericanos, Costa Rica, primer país de América Latina que creció en desigualdad en 2013, vio aumentar estos años el descontento popular tanto “con lo político como con lo económico”, explica el analista Constantino Urcuyo.
“Hay casos de corrupción enormes y tenemos 20 por ciento de pobreza, crece la desigualdad. La gente está cansada. Quiere otras soluciones”, opinó Manuel Rodríguez, un comerciante de 46 años, en una céntrica avenida de San José.
Villalta, que se dio a conocer en luchas ecologistas contra la corrupción y el tratado de libre comercio con Estados Unidos, subió como la espuma encarnando “un voto de protesta”, describe el analista Jaime Ordóñez.
Villalta y Solís atribuyen los males a la clase política tradicional, de la que el PLN es protagonista desde hace 60 años y aplicó las últimas tres décadas un modelo neoliberal que socavó las conquistas en salud y educación, orgullo de este pequeño país de 4.3 millones de habitantes.
“Llegó la hora del cambio. Acabarán 30 años de larga noche neoliberal. Me dicen comunista porque no me pueden llamar corrupto. Pero yo no voy a copiar modelos”, repite Villalta, a quien sus adversarios acusan de querer para Costa Rica la Venezuela de Hugo Chávez.
Pero Araya, que busca un tercer periodo consecutivo para el PLN, promete reactivar la economía, bajar la pobreza y modernizar el país. “Hay quienes tienen una visión apocalíptica, pero quiero construir sobre nuestras fortalezas”, asegura.
Alcalde por más de dos décadas, Araya arrastra el desgaste de los ocho años de gobiernos del PLN y la impopularidad de la gestión de Chinchilla, criticados por sonados casos de corrupción e ineficiencia.
Con un crecimiento económico estable (3.4 por ciento en 2013), Costa Rica no ha logrado bajar la pobreza estancada desde hace dos décadas, tiene rezagos en infraestructura —sobre todo vial—, un déficit fiscal de 5.4 por ciento y una deuda interna de 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El complicado panorama político vislumbra un Congreso fraccionado, por lo que el próximo presidente, que asumirá el 8 de mayo, tendrá un difícil margen de acción. “Se han desdibujado las fronteras partidarias e ideológicas”, dice Ramírez.
A diferencia de otras elecciones, con caravanas de carros, mítines en plazas y parques, y banderas por doquier, la confrontación política estuvo al rojo vivo en las redes sociales.
El presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, Luis Antonio Sobrado, anunció que empezarán a divulgar resultados a las 20 horas locales, dos después del cierre de urnas.
No obstante, Sobrado advirtió que si son muy ajustados (de 2 por ciento o menos) habrá que esperar a efectuar un conteo manual, voto a voto.
Las votaciones, para las que serán instaladas 6,515 mesas, abrirán a las 6 horas locales, y serán vigiladas por una misión de la Organización de Estados Americanos y otras delegaciones. Unos 12 mil electores están, por primera vez, habilitados para votar desde el exterior

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