martes, 13 de junio de 2017

Heriberto Lugo, el obsesivo comentarista anti-AMLO de las columnas periodísticas; el “Mítico AMLO”

@NietzscheAristomar 13 jun 2017 12:54
 
  
 
Quienes  han creado al “mítico AMLO” no son sus votantes leales: son los odiadores
Quienes han creado al “mítico AMLO” no son sus votantes leales: son los odiadores
Foto propiedad de: Internet
Heriberto Lugo es un lector-comentarista a pie de página cotidiano, abundante, que se aparece en varios medios nacionales. Se leen sus notas en las columnas de una variedad de periodistas. Tiene información y opinión. Tan famoso se ha vuelto que hasta el propio Federico Arreola lo citó no hace mucho en uno de sus artículos. Lo que ha llamado la atención desde que apareciera en los medios, no obstante, es su obstinación, que puede llegar a ser burda, en contra de López Obrador. Calumnia, insulta, ataca. Lo típico: “mesías”, “luz del mundo”, “populista”,…
Por lo mismo, me sorprendió encontrar hace 2 o 3 días una nota suya, casi elogiosa, sobre el político opositor, cuando lo normal en él es la diatriba. Cito:
“La primera vez que conocí a AMLO (bueno, conocer es un decir, él simplemente iba sentado dos filas adelante que yo) fue en un vuelo mañanero de Aeroméxico, de Villahermosa a CDMX. Iba solo con su esposa (muy guapa por cierto) y su aún pequeño hijo. Nada de escoltas, chalanes, gatos. Fue poco después de su derrota en 2006.
“Y me impresionó porque tras los ataques terroristas del 11 de septiembre, los pilotos tienen estrictamente prohibido abandonar la cabina de mando a menos que vayan a hacer pipí. Y les dan como 2 minutos para eso.
“Este piloto le valió madres, se salió de su puesto y se fue hasta casi el fondo del avión a saludar al peje, no recuerdo si cometió la tontería de tomarse un ‘selfie’.
“Pero es que el de Macuspana sin duda algo tiene, algún tipo de magneto que atrae a mucha gente. Pero como cuando pones magnetos del mismo polo, también aleja a muchos.
“Ha tenido demasiados años y demasiados fracasos para aprender lecciones. En Edomex se la aplicaron. A ver qué pasa en 2018, ya depende únicamente de él.”.
El problema con el señor Lugo es que personas de su perfil, que un día ataca a López Obrador y el otro también, de los que calumnian y odian, no comprenden dos cosas: 1. Que el político cuente con la lealtad de millones de votantes mexicanos como se ha visto en los dos pasados procesos presidenciales y como se percibe en el crecimiento nacional de Morena. 2. Que quienes han creado al personaje mítico son ellos, los odiadores, no los seguidores o simpatizantes. Estos apoyan un programa, una trayectoria, una congruencia.
Un columnista de SDP ha escrito recientemente –según cita de Federico Arreola y con quien el propio director de SDP está de acuerdo- que ve a Morena y a López Obrador como una religión y a sus seguidores como fanáticos de la misma. Un absurdo, francamente. No alcanzan tampoco a comprender o no quieren ver el señor Arreola y el columnista (Ernesto Villanueva, se llama) el verdadero fenómeno porque ningún otro político concita en México la lealtad sostenida que López Obrador ha logrado. Sin nada a cambio. Lealtad que no cree en un decálogo sino en un programa anti-corrupción; y llámenlo nacionalista, si quieren, para simplificar por ahora. En mi caso, no conozco a López Obrador. No he militado nunca en ningún partido; ni militaré. Y a pesar de que he sido crítico con su figura como político y de algunas de sus ideas, he creído en el programa que ha desarrollado desde que fue gobernante de la ciudad. Veo lo que muchos: frente al fracaso en que el PRIAND ha convertido al país, Morena y su dirigente representan una única opción de cambio; por ahora no se alcanza a vislumbrar otra (por un tiempo se creyó en Cuauhtémoc Cárdenas y el PRD original). Y veo también lo que otros: el sistema ha tratado de destrozar a López Obrador y no lo ha logrado. Sobre todo, no ha logrado demostrar que el político sea corrupto, como la mayoría de la “clase política”.
Volviendo al señor Lugo; que por cierto, en mis textos se ha manifestado en general de manera respetuosa. No comprende (como tampoco Arreola y Villanueva) que quienes han creado al “mítico AMLO” no son sus votantes leales: son los odiadores y quienes lo han querido desaparecer, mandar a las dos chingadas, la real y el rancho. ¿Quiénes son los que han odiado-amado a López Obrador, los creadores y difusores de su leyenda? Lista mínima:
1. Vicente Fox. Cuando provocó su desafuero. Cuando intervino con el peso de su investidura para impedir que llegara a la presidencia.
2. Felipe Calderón, el PAN y el Consejo Coordinador Empresarial. Cuando lo llamaron “un peligro para México”. Cuando cometieron fraude en 2006.
3. Enrique Krauze. Cuando lo adjetivó como “mesías tropical”.
4. Peña Nieto y su gabinete. Cuando lo han calificado como “populista”, cuando quieren derrotarlo a cualquier precio; y cuando, calumniando, lo quieren convertir en defensor de Venezuela.
5. Los medios afines al sistema. Cuando para atacar sacan todo el repertorio: peligro para México, populista, mesías, autoritario, intolerante, mal perdedor, psíquicamente afectado como para poder ganar, pejelagarto, etcétera.
Los enlistados son los que hacen crecer la figura de López Obrador a niveles de leyenda. Así lo ve el señor Lugo. Como un personaje mítico. Por ello interpreta erróneamente la escena de la que fue testigo en el vuelo de 2006. López Obrador es susceptible de muchas críticas, pero su congruencia, su consecuencia política, su diferenciación de otros políticos, le trae como extensión la lealtad del simpatizante, del votante que, contrario a sus detractores, no ve en él a un monstruo.
Quise citar la anécdota relatada por Lugo porque en realidad retrata a un político sencillo y a un constante detractor que tiene ocasión de verlo y no alcanza a comprender el “magneto” (o magnetismo) que le pareció impresionante. Acaso su misma reflexión le lleve a cambiar, desde una perspectiva crítica, el sentido de su voto en 2018.

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