Manlio tiene razón: la segunda vuelta es tan indispensable como los gobiernos de coalición
Las propuestas de Beltrones vuelven a tomar una vigencia plena.
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Después de observar los resultados de las elecciones para gobernador en el Estado de México y en Coahuila, donde lo cerrado de los mismos los coloca inevitablemente en la ruta de la judicialización, vuelven a cobrar actualidad y a reafirmar su pertinencia las sugerencias de Manlio Fabio Beltrones de realizar cambios el nuestra legislación como son los de la instauración de la segunda vuelta y la conformación de gobiernos de coalición.
Hace dos años en Colima se tuvo que realizar una segunda vuelta de facto.
Se anularon las elecciones por la diferencia mínima con la que había ganado el PRI. Se volvieron a realizar y entonces la decisión de la gente fue más clara en favor del candidato del tricolor que hoy gobierna en medio de balaceras José Ignacio Peralta.
Se tendrá que analizar con cuidado cuáles fueron esta vez las fallas de Andrés Manuel López Obrador que ocasionaron que el PRI más denostado del país, como es el mexiquense, por su relación congénita con la casa presidencial, le volviera a ganar aun sea por una diferencia muy pequeña.
¿Fueron los arrebatos del final de esta campaña de López Obrador contra la prensa el factor que infundió una nueva desconfianza al electorado?
¿Fueron los malos compañeros de viaje que ha venido eligiendo, de manera por demás autocrática, el tabasqueño a últimas fechas?
¿O ha regresado en la mentalidad de López Obrador el síndrome del rechazo a ser gobierno y no abandonar la comodidad crítica de ser la principal oposición del país?
Cualesquiera que haya sido la razón de las mencionadas la que pesó más para que AMLO volviera a quedarse en la raya de una victoria electoral en el Estado de México, lo cierto es que el país estará nuevamente inmerso en una protesta poselectoral de MORENA de proporciones impredecibles, aunque sin duda todavía controlables.
Por ello las propuestas de Beltrones vuelven a tomar una vigencia plena.
Debemos avanzar en nuestra legislación para evitar los espectáculos degradantes de presentarnos ante el mundo como un país en permanente confrontación sin que ella resuelva nada.
Los corruptos siguen siendo impunes hasta que esa condición se termina, como ayer a Roberto Borge, en beneficio de una pálida limpieza de la imagen gubernamental.
Los gobiernos atrabiliarios y caciquiles, sean estatales o municipales, campean por todo el territorio nacional.
Inseguridad ciudadana, contaminación ambiental, periodistas asesinados, corrupción e impunidad son la impronta de un país como el nuestro que se niega a abrirse a una democracia verdadera.
Y con estos bueyes tendremos que seguir arando mientras no se cambie para mejorar y no para que las cosas sigan igual, como lo presagiaba el gatopardo.
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