Otra vez la primavera vuelve a recordarnos que es posible renacer.
El calor regresa a nuestros corazones por la unión en pos de un México mejor.
Reunidos en el Hemiciclo a Juárez, miles de mexicanos nos volvimos a encontrar para confirmar nuestro compromiso de transformar la vida pública del país, y detener la voracidad de los que, no conformes con los daños que han provocado al pueblo y a la nación, siguen empecinados en anteponer sus intereses a costa del sufrimiento de la gente y a entregar nuestros recursos naturales al mejor postor.
Otra vez miles de rostros llenos de alegría y entusiasmo coreando consignas de repudio al régimen usurpador, y de apoyo al Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador.
También él mostró en su rostro alegría y satisfacción al comprobar que nada de lo que ha hecho ha sido en vano. Su estrategia, ante el fraude electoral que le robó la Presidencia legal, sigue siendo la correcta. Por supuesto que hay motivos para despertar la ira del pueblo pero nuestro líder ha sabido encausar de la mejor manera ese resentimiento y lo ha convertido en coraje para seguir luchando de manera pacífica.
La denuncia de los actos ilícitos que cometen los que se adueñaron del poder ha llegado a la conciencia de millones de mexicanos, que no están dispuestos ya a que se les siga engañando y manipulando. El pueblo ha cambiado, cada vez será más difícil sostener las mentiras que difunden los medios coludidos con el poder. Existen muchísimos medios alternativos que dan cuenta de la realidad que vivimos, además, los golpes que los PRIANISTAS le han dado al pueblo, a los trabajadores, a los campesinos, a los maestros, a los jóvenes y a los niños de México son también motivo de una profunda reflexión.
Aquellos que dicen que el Movimiento se ha desgastado y que ya no representa nada, ayer pudieron comprobar, con la emotividad, la disciplina, el entusiasmo y la esperanza que la gente mostró en el Hemiciclo a Juárez, que sigue más vivo que nunca; que Andrés Manuel López Obrador sigue representando la mejor opción para que se dé el cambio que le urge al país, ese cambio que hará posible la regeneración de los valores que han sido pisoteados por una minoría rapaz.
Seguimos de pie, ni las traiciones ni las más perversas acciones nos han podido derrumbar, al contrario, nos obligan a no claudicar.
Tenemos un líder excepcional que con su ejemplo, su honestidad y su amor a la patria nos enseña a sobrellevar la adversidad.
Ayer nos invitó a seguir haciendo historia, porque este Movimiento Nacional por la Defensa de México y su Transformación ya forma parte de la historia, y ha de cumplir algún día, no muy lejano, el sueño del pueblo noble y trabajador: un país en el que la justicia permita el bienestar, la felicidad y el progreso de todos.
¡Viva Obrador!
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