TRASCENDIO

Que los legisladores de PAN y PRD no querían darle el “triunfo” de una reforma política incompleta al PRI en la Cámara de Diputados.

Para ello, y cada uno por su parte, tocaron base con los senadores del PRI con la idea de devolver la reforma original (que incluía la reelección legislativa y la reconducción presupuestal, entre otros muchos puntos omitidos) a esa Cámara.

Pero lo que obtuvieron fue un no contundente y un mensaje: “No desaprovechen todo lo que ya se ganó”.

Que entre los compromisos que suspendió Ernesto Cordero para apoyar la campaña de Luisa María Calderón las próximas semanas en Michoacán, se encuentra un viaje a Estados Unidos.

Allá, el precandidato iba a reunirse con académicos e investigadores, funcionarios de organismos multinacionales, representantes del sector financiero y migrantes de Dallas, Chicago y Nueva York.

Pero ahora que, según la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica, tiene a tiro de piedra a Santiago Creel en el segundo lugar de las preferencias, Cordero seguramente consideró que es mejor quedarse en México.

Que vaya golazo le metió Enrique Peña Nieto a la jerarquía del PRD.

Sin que nadie lo sospechara, Peña Nieto llegó antes al lugar donde los perredistas se reunirían con el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva. Y platicó largo con él y se tomó la foto.

Menudo coraje hizo pasar al presidente y la secretaria general del PRD, Jesús Zambrano y Dolores Padierna, que pensaban que Lula era de ellos.

Que, con el mayor de los sigilos, el PRI está trabajando con políticos independientes, o de otros partidos, para que acepten ser sus candidatos a jefaturas delegacionales en el DF.

El priismo capitalino estaría pensando en los diputados panistas locales Juan Carlos Zárraga, para la Gustavo A. Madero, y Lía Limón, para Miguel Hidalgo.

Otra personalidad sería la ex perredista Ruth Zavaleta para Venustiano Carranza.

Que los funcionarios de Hacienda, encabezados por el subsecretario José Antonio González, que acudieron al Senado por la discusión de la Ley de Ingresos, se dieron vuelo criticando lo mal que quedó la nueva sede, particularmente la lentitud de los elevadores y la mala señalización en los estacionamientos.

“¿Para esto pidieron tanto dinero?”, fue el comentario generalizado.