martes, 10 de julio de 2012

AMLO y la Izquierda en los próximos 6 años- LULY MORALES

Ha pasado ya más de una semana de la elección presidencial. AMLO, en todo su derecho, ha anunciado que impugnará la elección por a) inequidad en el proceso y b) compra de votos, lo que puede ubicarlo como un político que lucha valientemente por hacer respetar el voto o bien como un líder mesiánico que no reconoce derrotas. Transitar a través de las herramientas institucionales disponibles o sobre de ellas.

Hace 6 años, acompañado por su partido apostó por el todo o nada y perdió la apuesta. No sólo FCH fue ratificado como presidente constitucional, sino que en los hechos el PRD y sus propuestas políticas se automarginaron en el proceso. Prácticamente le obsequiaron al PRI la iniciativa en ambas cámaras, incapaces de negociar con los Pinos, no fueron factor de contrapeso.

En el camino Andrés Manuel, se dedicó a recorrer incansablemente el país y a construir los cimientos de su propio partido – MORENA – cuya primera asignación habría de ser asegurar el control de las casillas. Así, antes de pensar en ganar votos a su favor, su estrategia fue asegurar que los contaran bien. Antes que asegurar la candidatura del PRD, amarró la del PT. Realizó una campaña extraordinaria. Se dedicó, con la disciplina de un general a pulir sus negativos. La estrategia de tierra, esta vez no dejó de lado la construcción de una estrategia de medios con un mensaje bien dirigido y una producción impecable.

Lo decía la semana pasada, el eje Mancera-Ebrard-AMLO es una vía extraordinaria para llevar a la agenda nacional la plataforma de la izquierda, que por cierto ha estado absolutamente ajena de las políticas que se han instrumentado en el país al menos en los últimos 30 años.

Ojalá que el TRIFE encontrara elementos para determinar la nulidad del proceso, pero con más de 3 millones de votos de diferencia y con las pruebas que hasta el momento el candidato de las izquierdas ha mostrado, pareciera poco probable que lo haga. Desde luego, para algunos no se necesitan pruebas, es “evidente” dicen, pero la autoridad electoral necesita algo más que la certeza moral.

Este sexenio, aún con el PRI en los pinos, puede ser el sexenio de las causas de la izquierda. O bien, podría ser un sexenio imperial, una repetición de “ni los veo, ni los oigo”. Paradójicamente le toca en mucho a Andrés Manuel decidirlo.

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