Mucho se habla de los errores de la izquierda, de su división interna, de su negativa a portarse de una vez por todas como una fuerza "moderna" y no combativa, pero poco se habla del derrumbe del PAN, no sólo por los pésimos resultados de sus gobiernos, especialmente el de Calderón que llenó de sangre al país, sino porque evidentemente se dedicó continuar las prácticas priístas.
Cuánto le duele a la derecha que se diga que el PRI y el PAN son lo mismo pero son exactamente iguales. Han sido ellos los que de común acuerdo tomaron las peores decisiones para el país, y en consecuencia para la gente pobre. Han sido ellos los responsables del nulo crecimiento económico y del abandono de las nuevas generaciones que, con justa razón, hoy se manifiestan en contra de la continuidad. Han sido ellos los que profundizaron la desigualdad y mantuvieron la corrupción y la impunidad. Cometiendo con ello injusticias atroces.
Hoy que el PAN prácticamente desapareció del mapa no faltarán los redentores que quieran salvarlo en vez de recalcar que su actuación y su actitud cómplice favoreció siempre a su hermano mayor, el PRI, que hoy recibe la estafeta para seguir la carrera desenfrenada hacia el despeñadero.
No se trata de hacer leña del árbol caído, simplemente, resulta de sentido común no volver a brindarle la mano a quien ha traicionado al pueblo y comprometido la soberanía de la nación.
Ahora que se ha puesto de moda evaluar a los maestros por los resultados de su trabajo con los niños, habrá que hacer una evaluación seria sobre los resultados de los pésimos gobiernos que hemos padecido, para impedirles que sigan manejando con ineptitud y cinismo el destino de los mexicanos.
¿Quién los va a llamar a cuentas si ellos mismos son los encargados de justificar los desastres que han provocado?
¿Quién vigila al vigilante?
Raya en burla y descaro que Peña Nieto pretenda formar una "Comisión" para combatir la corrupción cuando él mismo y quienes lo sentaron en la silla han sido los más corruptos.
Que el lobo cuide a los corderos. Nada más eso nos faltaba.
Con todos los defectos que la tele y los medios cómplices del sistema propagan sobre la izquierda, ocultando las barbaridades que comete la derecha, sólo la izquierda puede generar el cambio que saque adelante al país. La izquierda dividida y combativa, la izquierda que denuncia y no se cansa de luchar, a pesar de los pesares, por las causas justas.
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