El día de hoy, El Universal publica un texto de la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, denominado “Mirar hacia adelante”[i].
En el mismo, se hace evidente la preocupación de la señora Gordillo por la falta de entusiasmo que aqueja a los mexicanos ante el escenario post electoral: los vencedores y los vencidos no están a la altura de las necesidades del país, dice.
Entre las razones que esgrime para su personalísimo diagnóstico nacional, destacan la política mala y cara (sic), el enorme y desproporcionado costo de la política electoral y la desconfianza que permea el ambiente actual.
La fractura de la esperanza colectiva, tiene su origen en la crisis, dice la presidenta nacional del SNTE, olvidando convenientemente que ella misma, los presidentes de turno que no han sabido o no han querido reformar seria y profundamente la educación en México y la distribución de los cotos de poder del SNTE en cada una de las entidades federativas, son los responsables y co-partícipes de la debacle educativa.
Un mapa, un reloj y un espejo, por favor
La lideresa magisterial escribe, a la vez que describe hoy, en el Universal, los modus operandi de los protagonistas de La Restauración[ii], como la ha nombrado Roger Bartra y que representa el regreso del autoritarismo de “La vieja derecha revolucionaria”. Somos un pueblo desmemoriado, por eso ha regresado el PRI a los Pinos y con ellos viene Elba, la mejor expresión del discurso vacío, de lugares comunes y carente de la mínima autocrítica.
¿En dónde vive Elba? ¿de qué país está hablando? ¿cuál ha sido el papel del SNTE y del PANAL en la pérdida del entusiasmo y de la esperanza de muchos mexicanos?
Urge que alguien le muestre un reloj, para que en medio de su conveniente anacronismo político, pueda comprender claramente que en los tiempos actuales, terminar una carrera profesional no garantiza conseguir un empleo dignamente remunerado, que la escolarización ha sido rebasada por los tiempos mundiales y que sin la profesionalización e intelectualización del magisterio, ninguna reforma es factible[iii].
Por si esto fuera poco, dice Zavala que el bodrio denominado Plan 2011, bajo el enfoque por Competencias, si es bien aplicado e implementado además en condiciones ideales, en 30 años (si, en 30)[iv] estaría apenas produciendo alumnos competentes.
Hoy, además, el énfasis está en acreditar un instrumento parcial, sesgado y con errores. En muchísimas aulas en México, ya no se educa para la vida, sino para acreditar el examen de ENLACE.
También, por favor, denle un mapa. Estamos en México, si no fuera por las condiciones que ella denuncia, la figura de Elba no existiría, porque no tendría el peso político suficiente para ofrecer a tal o cual candidato la presidencia de México. Elba debe su existencia, goce y permanencia al frente del SNTE, justamente por esas condiciones que ahora dice que le han robado la esperanza a los mexicanos.
Hoy, la hija, el yerno y el nieto de la líder vitalicia del SNTE, ocupan puestos estratégicos en la toma de decisiones en México. Nadie se los puede impedir, pero entonces que no nos diga la señora Gordillo que el problema en México es que la política es mala y cara, porque esto representa por lo menos una postura convenientemente hipócrita acerca de los manejos, postura y papel de su partido político, el PANAL, creado al amparo y en uso abusivo de la representación de los docentes en México.
Y por último, un espejo. Sin autocrítica, no hay autoridad moral y sin ella, la palabra es hueca, vana y estéril.
Elba y el PRI. Tal para cual.
¿Usted qué opina, estimado lector?
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