sábado, 1 de septiembre de 2012

TRASCENDIÓ


Que para poder ingresar al Tribunal Electoral, el equipo de Enrique Peña Nieto organizó un operativo con señuelos. Y les funcionó de maravilla.

La idea era despistar a los manifestantes que se encontraban afuera de la sede judicial y para ello se dispuso la llegada de tres convoyes de camionetas.

Así, Peña Nieto eludió a los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador y, poco antes de las cuatro de la tarde, pasó justo frente a sus narices. Luego se tomó cómodamente un café en la oficina de uno de los magistrados en espera de que dieran las cinco.

:Que el operativo “despiste” fue diseñado por el Estado Mayor Presidencial en su debut con quien será el Jefe los próximos seis años.

El Estado Mayor contó con la colaboración de la Policía Federal y un muy eficaz operativo de vialidad de la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del DF.

Esto último no se vio hace seis años.

:Que, aunque parezca difícil de creer, en el frente priista se leyó como un gran gesto de distensión el mensaje matutino de López Obrador.

El hecho de que el tabasqueño haya llamado a un acto hasta el domingo 9 de septiembre, y no a un bloqueo de las instalaciones del Tribunal, fue apreciado por los tricolores. Las descalificaciones que le lanzó al proceso electoral y el énfasis en la “imposición” de Peña Nieto fueron lo de menos.

:Que no es nada grave, dijeron en el equipo de Peña Nieto sobre la ostensible dificultad para caminar de Angélica Rivera ayer en el Tribunal.

La esposa del futuro presidente se recupera de una cirugía en el dedo de un pie.

:Que a pesar de encontrarse en la sede nacional del PAN, el presidente de ese partido, Gustavo Madero, prefirió no estar presente en la conferencia de prensa donde el secretario de Acción de Gobierno, Juan Molinar, y el representante ante el IFE, Rogelio Carbajal, hablaron sobre el fallo del Tribunal Electoral.

Madero optó por permanecer en su oficina, atendiendo asuntos internos del partido.

¿Prioridades son prioridades? ¿O será que Madero todavía no digiere los “billetazos” que, según él, hicieron ganar a Peña Nieto?

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