EZLN, simbolismo y pragmatismo 20 años después
La acción histórica del Ejército Zapatista de Liberación Nacional tiene un significado simbólico y una condición pragmática.
Romper armas contra el ejército mexicano, el gobierno de Salinas de Gortari y el Tratado de Libre Comercio que se lanzaba el primero de enero de 1994, fue un primer pragmatismo que en 20 años conduciría a otros:
1. Afianzamiento de una zona de control, los municipios autónomos zapatistas.
2. Presencia nacional e internacional, sobre todo, mediática.
3. Negociación con los distintos gobiernos, que no con el Estado Mexicano.
4. La firma de los Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígena en 1996 en espera de su constitucionalidad.
5. Reconocida presencia mediática internacional de “Marcos”, misma que a nivel nacional ha sido de abierta ambigüedad.
6. El líder evidente del EZLN ha transitado de la descalificación a la izquierda electoral de Cárdenas y López Obrador al apuntalamiento con sus ataques y la aparición en los medios masivos, televisa entre ellos, al poder y al sistema vigente.
7. En tanto que el EZLN ha cosechado reconocimiento nacional e internacional, la figura del embozado mayor es vista ya sea con admiración o con suma desconfianza.
El descrédito y la doblez política de “Marcos” –ha actuado como si el arribo al poder de Cárdenas o López Obrador hubiera sido peor que el del PAN o la vuelta del PRI-, no elimina el simbolismo del EZLN en términos positivos. Simbolismo que significó y significa:
1. El derecho legítimo de los herederos de los habitantes primeros del país que por siglos han vivido excluidos, marginados, desdeñados, mal vistos.
2. La lucha en contra de las políticas antipatrióticas como la del Tratado de Libre Comercio que asimismo en 20 años confirmó ser un brutal fracaso –no se puede firmar un acuerdo de “iguales” entre de desiguales-, y que en vez de conducir a una sociedad moderna y equilibrada, ha llevado a los extremos de la miseria y la riqueza, a la institucionalización de la injusticia social, a la manipulación perversa ejercida por la mayoría de los medios masivos de comunicación, a la corrupción de la “clase política” y empresarial de manera prácticamente generalizada, a la exclusión de millones de mexicanos que tienen que inmigrar en condiciones terribles, al exterminio salvaje de decenas de miles de mexicanos en una guerra violentísima, a la falta, en fin, de un verdadero estado democrático.
3. Hoy, dadas las críticas condiciones generales del país y el reciente acceso de los recursos estratégicos a la iniciativa privada, en particular a las depredadoras corporaciones trasnacionales, el simbolismo del EZLN como lucha patriótica (para “defender” y abrazar a la humanidad hay que comenzar por hacer lo mismo internamente), como reivindicación del pueblo mexicano, como crítica contra el sistema y sus mujeres y hombres corrompidos, como exigencia de una sociedad democrática, es más vigente que nunca.

No hay comentarios:
Publicar un comentario