martes, 17 de marzo de 2009

ASTILLERO

Cumpleaños con pastel

El PRD y los cochinitos

Campeche: regalos a Papá

Julio Hernández López

VISITA AL PENAL DEL ALTIPLANO. El obispo de Saltillo, Raúl Vera, y monseñor Miguel Concha, en compañía de integrantes del Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, intentaron entrevistarse con los presos políticos Ignacio del Valle Medina, Felipe Álvarez Hernández y Héctor Galindo Gochicoa en el penal federal de máxima seguridad del Altiplano para verificar su estado de salud, pues según sus familiares han sufrido malos tratos, abusos y tortura en celdas de castigoFoto Mario Vázquez de la Torre
El 16 de marzo del año pasado estalló la suciedad acumulada en las estructuras del sol azteca. Ese día se confrontaron las dos principales visiones del quehacer perredista, la de los lopezobradoristas que con un tibio y cansado Alejandro Encinas llegaron a un desenlace de fraude interno organizado no nada más por los villanos favoritos, que son los Chuchos, sino también por la maquinaria no calderonista (la alianza AMLO-Encinas-Ebrard), a la que aportó recursos y trampas el gobierno capitalino que mantiene la vista puesta en 2012. Lo importante, en lo inmediato, no era el triunfo de uno u otro (Encinas o Jesús Ortega), sino la exhibición pública, machacona y aleccionadora de que la izquierda partidista no es confiable y que hace tales cochineros electorales que está desprovista de autoridad moral para alegar trampas en otros procesos, por ejemplo el presidencial de 2006. A fin de cuentas, sin embargo, la maquinaria calderonista-beltronista de calificación electoral (el tribunal encabezado por la señora Alanís) terminó entregando una victoria desguanzada al colaboracionista Ortega, quien se estrenó con fieros ataques a López Obrador hasta que la realidad le llevó a entablar una tregua que ha durado hasta ahora.

La conmemoración del cochinero original se realizó este domingo reciente, con menos incidencias y menos estridencia, pero con similar daño profundo en el ánimo de quienes suelen votar por la izquierda, pero cada vez encuentran menos razones para seguirlo haciendo, y en el esparcimiento intencional, sobre todo a través de los falsos ayatolas de la muy pecadora televisión comercial, de la tesis de que el PRD se ha deshecho, en buena parte por culpa de López Obrador, y que el interés votante deberá centrarse en julio próximo en los dos hermanitos prácticos, el PAN y el PRD.

El renovado pacto pripánico de repartición mayoritaria del pastel electoral entre los dos principales concurrentes a la fiesta ha hecho que la facción calderonista recurriese sin pudor al más clásico dedazo priísta para nombrar a muchos de sus candidatos. Como sucedía en los tiempos del presidencialismo aplastante, el encargado del partido oficial, en este caso Germán Martínez, ha sido solamente un ejecutor amargo y puntual de las instrucciones giradas por el ocupante de Los Pinos. Con ese dedazo patriótico, FeliPRIn cree que podrá instalar una bancada federal blanquiazul, y gobernadores y grupos legislativos locales que le sean plenamente afines y leales, haciendo a un lado a los grupos que le pelean en lo interno, como Chente Fox y Manolín Espino. En el PRI, por su parte, se han esmerado en practicar técnicas sicilianas: silencio respecto a problemas internos y fidelidad a La Familia, de tal manera que todos los conflictos relacionados con postulaciones de candidatos se han procesado mediante acuerdos de los principales jefes, en espera del día de San Valentín en que podrían llegar a los ajustes definitivos de cuentas, es decir, el momento de la máxima postulación, la del candidato presidencial que hasta hoy pelean en términos provisoriamente arreglados el gavioto del copete y el acechante del Senado, el mexiquense que ha volcado el erario de su entidad en la promoción incesante de su figura en espacios estelares de televisión nacional y el sonorense del bigotito, que está a la espera de los tropiezos naturales o fabricados del actual rey relamido del rating.
No parece haber mucho espacio para la esperanza ciudadana en este contexto electoral. La izquierda, de por sí cargada de mal equipaje propio, ha sido llevada a sitiales de máximo escarnio público y, en la confusión creada por las diferencias entre el cascarón chuchista y los candidatos pluripartidistas apoyados por AMLO, no se ven muchos trazos medianamente compartibles, apenas una nueva rebatiña por cargos y presupuestos. El PAN y el PRI, por su parte, desean instalar la percepción de que juntos constituyen una oportunidad de mejoría pragmática de la realidad dolorosa. Las malas mañas del septuagenario tricolor, aunadas a las aceleradamente adquiridas y practicadas por el falso jovenzuelo blanquiazul, pretenden coincidir en la fabricación de una realidad electoral virtual que les dé porciones negociadas de poder, con el PRI de regreso. Una vez más, lo electoral como una farsa, como una asignación predeterminada de resultados que nada tendrán que ver de verdad con las urnas.

Astillas

La conversión del estado de Campeche en un feudo familiar de los herederos de Juan Camilo Mouriño tropezó este domingo con el desaire de los propios panistas que, de 35 mil con derecho a elegir candidato a gobernador, solamente asistieron a las urnas partidistas un poco más de 8 mil (el 26.7 por ciento del padrón, cuando la dirigencia estatal del PAN aseguraba que habría más de 50 por ciento de votantes). De cualquier manera, como estaba programado, el testaferro de los Mouriño, Mario Ávila Lizárraga (MAL), obtuvo la postulación y de inmediato declaró que para mí es un gran honor que el papá de mi gran amigo Juan Camilo Mouriño esté apoyándome con todo. El papá, Carlos Mouriño Atanes, dijo por su parte que los campechanos deben seguir la línea, que es la que nos va a llevar al triunfo. El mismo día, los priístas ratificaron por unanimidad, en convención firmemente arreglada, a Fernando Eutimio Ortega (FEO) como candidato a la gubernatura. Los actos partidistas coincidieron (¡Oh, jugarretas del destino!) con los cumpleaños de los contendientes: MAL sumó 45, y FEO, 51. El PRD, por su parte, ofrece como alternativa a Panchito Brown, hermano de la esposa de Carlos Mouriño Terrazo. Panchito asegura que tiene todo el respaldo del líder formal del perredismo, Jesús Ortega, y que quienes lo impulsaron para ser candidato bien sa-bían de sus parientes panistas y de que se reúne frecuentemente con esos familiares... Y, mientras la administración calderónica lanza al ruedo al novillero Ruiz Mateos para que busque con capotes arancelarios torear los vetos camioneros estadunidenses, ¡hasta mañana, en esta columna que mantiene luz y fuerza!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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