miércoles, 18 de marzo de 2009

KATIA D'ARTIGUES.

Campos Elíseos
18 de marzo de 2009

El costo de la desconfianza
Y la refinería es para…

Parece que fue ayer...
Era el robo de las boletas en la elección interna ¿el domingo pasado? No. Era el 16 de marzo de 2008, cuando en el PRD intentaron elegir a su presidente. Un año más tarde, la historia se repitió (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL)

Los mexicanos somos desconfiados. También sospechosistas, como bien acuñó Santiago Creel. Quizá tenemos por qué serlo: muchos años de falta de transparencia, autoritarismo y de abuso de poder lo avalan. También porque en una democracia moderna hay que dar cuentas, el famoso check and balance.

Pero, ¿a cuánto asciende el costo por tener instituciones que vigilan a instituciones? Me refiero al IFE, al Tribunal Electoral, al Consejo de la Judicatura, a la Secretaría de la Función Pública (paradoja que desde el Ejecutivo vigilen al Ejecutivo, pero bueno), al IFAI (que finamente hace públicas las preguntas de los ciudadanos). Me puse a hacer un breve recuento. Es interesante.

Comencemos por el IFE, el encargado de generar certidumbre en las elecciones (o eso se supone). El presupuesto asignado para este año es de 12 mil 180 millones de pesos. Cuando en el IFE las cosas no salen como se esperaba, la siguiente puerta que hay que tocar es la del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Este año tiene un presupuesto de mil 997 millones de pesos. El Consejo de la Judicatura tiene un presupuesto, este año, de 26 mil 976 millones de pesos.

Luego está la Auditoría Superior de la Federación (encargada de revisar con lupa la cuenta pública ejercida por el gobierno federal). Tiene un presupuesto de mil 27 millones de pesos.

Luego, la Secretaría de la Función Pública, que vigila que en todas las dependencias del gobierno federal las cosas se hagan como el ciudadano —por no decir Dios— manda. Ahí se destinan mil 568 millones de pesos.

Todo esto lo sabemos gracias al IFAI, que este año, igual que en 2007, tiene un presupuesto a ejercer de tan sólo 261 millones 833 mil 782 pesos.

En fin, que todas las instancias que tendrían que convencernos de no desconfiar del gobierno este año nos equivalen a más de 44 mil millones de pesos, lo que representaría 0.36% de un punto del PIB, calculándolo en 120 mil millones de pesos.

Ojo: esto sólo es a nivel federal. Porque en los estados y municipios (no todos, pero deberían) hay institutos electorales, de transparencia y tribunales electorales que, bueno, por la misma desconfianza, básicamente mandan los casos al federal.

Y no contamos a las instituciones policiacas que vigilan a policías, las que realizan los exámenes de confianza.

Tenemos, entre los tres órdenes de gobierno (federal, estatal, municipal), a 500 mil elementos. Échele cuentas…

Ahora, contrastémoslos con otras cifras.

Los 25 mil millones ¡pero de dólares! que la oficina de narco internacional del Departamento de Estado de EU dice que vale el negocio de las drogas en México.

Y otro dato: lo que calcula Transparencia Internacional, capítulo México, que nos cuesta a los mexicanos la corrupción: unos 27 mil millones de pesos. Las familias mexicanas destinan 8% de su ingreso a pagar las mordidas.

O tan sólo con los 133 mil 217.8 millones de pesos que el SAT devolvió a grandes contribuyentes durante 2007.


Hoy, al conmemorarse el 71 aniversario de la expropiación petrolera, Pemex dará a conocer el estado que se sacó el premio mayor: la sede donde se podría construir la nueva refinería, que todo parece indicar será en Tula, Hidalgo.

Además de que ayer el Senado avaló el nombramiento de los nuevos consejeros profesionales de la paraestatal.


Si el cochinero lo permite, hoy, al mediodía, comenzará el recuento de los daños, perdón, de los votos de las elecciones internas del PRD en el DF para candidatos a diputados federales, locales y jefes delegacionales. Así como pintan las cosas, ¿veremos un nuevo spot pidiendo perdón? Qué dirán luego de ver la encuesta de GEA ISA en la que caen, pero caen de verdad, al tercer sitio de preferencias electorales.


¿Qué rumbo tomará la historia? Edith Encalada, una de las jóvenes que presuntamente sufrieron abusos sexuales por Jean Succar Kuri, rompió el silencio en una entrevista con Blanche Petrich. Reconoció que la presionó la familia de este personaje, a fin de que deslindara a diversos actores que aparecen en Los demonios del edén, además de que atacara a Lydia Cacho. Ahora pide que “el juez lo declare culpable (a él) de todo lo que se le acusa

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