martes, 3 de marzo de 2009

MEXICO S.A.

El tipo de cambio no tiene para cuándo estabilizarse

Los responsables de la reacción excesiva, a resguardo

Carlos Fernández-Vega

El ministro de Finanzas de Argentina, Carlos Fernández, saluda al secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en la reunión iberoamericana de ministros de Finanzas que se celebra en Portugal. A la derecha, Pedro Solbes, ministro de Finanzas de EspañaFoto Ap
Tan sólida y creíble fue la declaración dominical del secretario de Hacienda, tanta certidumbre generó, que la moneda nacional reportó ayer un nuevo mínimo histórico: 15.62 pesos por dólar, con todo y subasta de billetes verdes por parte del Banco de México.

En su declaración del pasado domingo en Portugal, el doctor catarrito Agustín Carstens sostuvo que está (el peso) subvaluado, creo que ha sido una reacción excesiva del mercado; los fundamentales de la economía mexicana están sanos. Pues bien, parece ser que de nada sirve la susodicha salud (versión oficial), porque la depreciación de la moneda nacional ha sido en picada en unos cuantos meses: alrededor de 43 por ciento si se considera el inicio oficial de la crisis, el pasado 10 de octubre, o tirándole a 60 por ciento si se considera el tipo de cambio de agosto pasado, cuando se registró una cotización menor a 10 por uno.

El mayor problema, sin embargo, es que todo indica que el vapuleado tipo de cambio no tiene para cuándo estabilizarse, así medianamente. La versión oficial indica que a mayor inyección de reservas internacionales, más fácil alcanzar la estabilidad cambiaria. En los hechos ha sucedido lo contrario: se han destinado alrededor de 20 mil millones de dólares para ese propósito, y el tipo de cambio se sacude cada día más.

Ahora, de existir la reacción excesiva referida por el secretario de Hacienda, en el mejor de los casos debe matizarse, toda vez que una minúscula proporción de mexicanos tienen capacidad no sólo para comprar sino para acumular billetes verdes en proporciones tan altas que lleven a desestabilizar el mercado cambiario. El mercado, así, se reduciría a un grupúsculo de empresas y empresarios –con mucho colmillo en eso de aprovechar las devaluaciones– nacionales y extranjeros y a la rapaz banca que opera en el país.

La semana abrió con las optimistas declaraciones del doctor catarrito y, de inmediato, la consecuente respuesta pesimista de ese mercado: el dólar a 15.62 pesos, y en la tienda de enfrente un desplome de 4.63 por ciento en el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores, que mucho debe extrañar a Fox, y a su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, con quien obtuvieron un incremento de 500 por ciento a lo largo de su sexenio.

El doctor Carstens debe aprovechar la oportunidad que brinda su propio análisis. El sabe perfectamente quiénes componen ese diminuto mercado en México, de a cómo ha sido la reacción excesiva de sus integrantes y a qué hora se le ha pasado la mano. Fácilmente, pues cuenta con la información a detalle, podría hacer públicos los nombres, con todo y apellido, de los que han atentado, atentan, en contra de la estabilidad cambiaria en el país.

Podría, pero al que está arriba de él no se le pega la gana. En octubre pasado el doctor catarrito se estaba animando a soltar los nombres de quienes sacudieron el tipo de cambio (sólo alcanzó a decir Comercial Mexicana), cuando desde Los Pinos le ordenaron respeto absoluto a la Omertá, por lo cual cedió la batuta al presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Guillermo Babatz, quien a su vez prometió una investigación a fondo para conocer los nombres y apellidos de los agresores del peso mexicano. Pues bien, han pasado cuatro meses desde aquel anuncio, a principios de octubre pasado; la moneda mexicana se mantiene en picada; se han sacrificado 20 mil millones de dólares en reservas internacionales, y la CNBV nada de nada. Dicho sea de paso, a esta ágil institución del gobierno federal se le ha acumulado la chamba: nada se sabe del desplumadero de inversionistas mexicanos en Stanford, de lo que se supone informaría, y nada se sabe del asunto Banamex (Obamamex), del que también informaría.
Coincidentemente, el director general de Petróleos Mexicanos anda por el estilo. El pasado 22 de enero anunció que en la segunda quincena de febrero daría a conocer la sede de la nueva refinería. Se acabó el segundo mes del año, y nada dijo de lo que anunció que diría.

Y la cereza para este inicio de semana financiera la puso el Banco de México, por medio de su encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, correspondiente a febrero de 2009, la cual se levanta entre 30 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero. En este sentido, las previsiones no son nada halagüeñas, entre ellas una mayor caída de la economía, con el consecuente costo en empleos formales.

Los analistas estiman que en el primer trimestre de 2009 el PIB mexicano disminuya 2.43 por ciento a tasa anual; que en el segundo trimestre su descenso sea de 2.99 por ciento y que en todo el año decrezca en 1.92 por ciento. Tales previsiones implican que en el conjunto de la segunda mitad del año se moderaría la caída del PIB a 1.13 por ciento. Para 2010 se anticipa una reactivación económica y que el PIB crezca 2 por ciento. En cuanto a la actividad económica en Estados Unidos, proyectan que en 2009 el PIB mostrará una contracción de 2 por ciento, para luego registrar una ligera recuperación (1.6) en 2010.

Prevén que en 2009 el consumo privado y de la inversión de ese sector muestren disminuciones de 0.8 y 3.7 por ciento, mientras el indicador de empleo formal, medido por el número de trabajadores asegurados en el IMSS, se reduzca al cierre del año (de diciembre de 2008 a diciembre de 2009) en 325 mil personas (disminución de 201 mil en la encuesta previa). Además, que los salarios, en términos reales, no registrarán incrementos. Para 2010 la actividad económica presentaría una mejoría que irá acompañada de un incremento del referido número de trabajadores de 157 mil personas. El problema es cada mes que pasa empeoran dichas estimaciones.

Las rebanadas del pastel

El exitoso modelo económico mexicano arroja la escalofriante información que ayer hizo pública el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán: “el éxodo de talentos mexicanos al exterior –el cual asciende a 575 mil– ha costado al país más de 100 mil millones de pesos, que significan una cuarta parte del presupuesto que se destina a la SEP”. De ese total, 96.5 por ciento vive en Estados Unidos y el resto en países de la Unión Europea, detalló. No sólo representa una sangría de capital humano, sino de inversiones generadas para formar a esos estudiantes.

cfvmexico_sa@hotmail.com - mexicosa@infinitum.com.mx

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