En El País, el más importante diario español, han publicado una entrevista a Elba Esther Gordillo. El autor de ese trabajo es el señor Pablo Ordaz, un reportero que me parece excesivamente amable con los que mandan en la política mexicana.
¿El clásico periodista vendido? No lo creo, pero qué lambiscón es.
A ese periodista lo he visto adulón de más cuando menciona en sus textos a Felipe Calderón y ahora ha decidido poner su talento, que don Pablo lo tiene, sin duda, al servicio del lucimiento de la maestra.
Vean si no es zalamero el periodista de El País: “Elba Esther Gordillo, conocida como ‘La Maestra’, dirige el mayor sindicato de Latinoamérica. Poderosa entre los poderosos de México, hasta los presidentes tiemblan ante sus designios”.
Bueno, no es para tanto. Pero así la presenta don Pablo Ordaz y qué se le va a hacer. Los lectores españoles que se traguen esa fábula.
Elba Esther en la entrevista dice que está consciente de su mala fama. Admite, además, que sabe que se le atribuye mucho poder, pero se pregunta “cómo, siendo tan poderosa, no he podido frenar tanta infamia...”.
Ella afirma en la entrevista que Andrés Manuel López Obrador es un mentiroso ya que no hubo fraude en las elecciones presidenciales de 2006: “Miente. El señor miente. El señor perdió. No hay más. Miente. Lo único que puedo decir es que miente. Perdió. Perdió… Si el señor tiene pruebas, que las presente”.
A tales mentiras de la señora Gordillo, que lo son sin duda, el reportero de El País las califica como “latigazos”. Qué periodista tan lamentable.
De Miguel Ángel Yunes, exdirector del ISSSTE, dice la maestra: “Yunes se murió para mí. Él perdió. Tenía una buena amiga. Un cariño de a de veras”.
Y al excanciller Jorge Castañeda Elba lo descalifica: “Él sabe que no tiene autoridad moral ante mí”.
Elba Esther sí dice la verdad en una parte de la entrevista en El País: “Hasta llegar a donde estoy, el recorrido ha sido doloroso. México es un país machista. Con una cultura autoritaria. Esta mezcla indígena con española tiene esa combinación. Y yo me tuve que forjar entre hombres. Toda mi formación fue entre hombres. Fui la única mujer. La única que resistió”.
De Marcelo Ebrard Casaubón menciona solamente que, por su mala fama (la de ella, no la de él) “tengo que tener cuidado al apoyar a tal o cual candidato. Que si digo que este país necesita ahora un gran pacto y que el candidato que más me gusta es Marcelo Ebrard, tal vez pueda estar perjudicando al señor”.
La entrevista, muy complaciente, que el señor Pablo Ordaz le hizo a la maestra termina con una cursilería: “Yo amo a Elba. La amo”, dice la maestra de sí misma, lo que, quizá, hizo derramar lágrimas al reportero de El País cuyos trabajos sobre México son siempre, de plano, una vergüenza.
No tengo pruebas para decir que el señor Ordaz es un periodista vendido, así que no lo digo. Pero vaya que el representante de El País actúa como si lo fuera.
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