lunes, 25 de julio de 2011

No a la alianza, no a la división POLIMNIA ROMANA

El cable de Wikileaks publicado esta semana por La Jornada, que revela la petición de Juan Sandoval Íñiguez al embajador de Estados Unidos en el Vaticano para frenar a López Obrador en 2006 provocó reacciones pero no las esperadas.

Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD declaró que la petición que formuló el cardenal Sandoval Íñiguez para frenar el avance de López Obrador comprueba que el ala conservadora del clero católico formó parte de la embestida para contener el desarrollo de la izquierda en México.

En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano respaldó a la arquidiócesis de Guadalajara que afirma categóricamente que Sandoval Íñiguez nunca solicitó frenar el avance de López Obrador, y calificó el contenido del cable de Wikileaks como una FILTRACIÓN INVEROSÍMIL, una calumnia que busca enrarecer más el clima político del país.

Precisamente para no enrarecer más el clima político, el directamente involucrado, y perjudicado, Andrés Manuel López Obrador, tranquilamente declaró desde Jiutepec, Morelos, que a él no le consta que Sandoval Íñiguez haya hecho semejante petición. Dijo confiar en los cables de Wikileaks, porque desafortunadamente todos han sido ciertos, y también en la seriedad del diario La Jornada, sin embargo, aclaró que a él no le consta SEMEJANTE PETICIÓN. Quienes apostaron a una confrontación entre López Obrador y la iglesia católica se quedaron con las ganas.

Lo que sí le consta a Andrés Manuel, y lo dice porque tiene pruebas suficientes, es que en 2006 la mayoría de los mexicanos votó por él y le robaron la Presidencia Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Elba Esther Gordillo, la mafia del poder, algunos medios de comunicación y un grupo de "intelectuales" que avaló el fraude electoral en lugar de pedir que se contaran los votos para limpiar la elección.

Precisamente por esa razón, López Obrador dijo que se sentía satisfecho de que el Consejo Nacional del PRD desechara la posibilidad de ir en alianza con el PAN en la elección presidencial de 2012.
El apoyo de la gente fue unánime cuando Andrés Manuel dijo que sólo que no tuviésemos vergüenza ni dignidad estaríamos pensando en una alianza.

Por eso la derecha intenta a toda costa dividir a la izquierda, sabe que el apoyo con el que cuenta López Obrador para volver a triunfar en 2012 es muy grande y sólo eliminándolo de las boletas electorales podrá evitar el cambio que le urge al país.

La última palabra la tenemos los ciudadanos porque nosotros seremos los que elegiremos al candidato de las fuerzas progresistas, un candidato que no se preste a la simulación, que no se coluda con quienes han cancelado el futuro de millones de mexicanos y tienen al país ensangrentado.

Vamos a elegir al candidato que diga NO a las alianzas y NO a la división de la izquierda.

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