El especialista en ciencia política comenta, en entrevista, que lo vivido en el PRD no puede ocultarse: el ingeniero quería ser candidato por cuarta vez y cualquiera otra explicación al distanciamiento con AMLO es una mentira.
7-Octubre-06
Arnaldo Córdova, investigador de la UNAM y analista de la izquierda mexicana, habla con vehemencia en la sala de su casa ubicada en el centro de Tlalpan. El autor de libros fundamentales para entender el sistema político nacional, como La Ideología de la Revolución Mexicana y La Formación del Poder Político, gesticula, ríe, y enfatiza con las manos cuando desmenuza el papel de la izquierda después del reciente proceso electoral…
Pero antes, el doctor en ciencia política sintetiza así los comicios: "Comprobar al ciento por ciento lo del fraude es imposible, porque si uno se atiene a la definición de la palabra, fraude es robo. Y como dijo Luis Cabrera allá en los años veinte: Los acusé de rateros, no de pendejos".
Sobre Andrés Manuel López Obrador y su comportamiento poselectoral, quien también ha sido investigador en la Universidad de Cambridge señala:
"Me disgustó que bloqueara las calles con el plantón, pero no le dejaron de otra: lo acorralaron de tal manera que aceptaba o se rebelaba. Y aceptar un proceso tan irregular era una humillación no sólo para él, sino para todo el movimiento de izquierda". Luego añade, irónico, quizá orgulloso: "Lo que sí logró López Obrador fue unificar como nunca a los grandes intereses, a los poderes fácticos para impedir que la izquierda llegara al poder".
De la Convención Nacional Democrática rechaza las críticas así:
"¿Qué tiene de malo que dos millones se reúnan y aclamen una propuesta? No eran acarreados, eran convencidos. Más allá del discurso y de las ideas de López Obrador –que no son muchas–, lo impresionante fue la gente. Además fue una gran catarsis para la rabia e irritación que había."
–¿Y lo de presidente legítimo? Muchos ven eso, el desconocimiento de Felipe Calderón, y aquello de "al diablo con sus instituciones", como un terrible error de AMLO…
–Eso es una cosa que no tiene importancia, hombre. No es una llamada a la rebelión como lo hace (José) Vasconcelos en el ’29, que cuando pierde la elección llama a las armas. Esto es una forma de protesta y funcionará con lo del gabinete a la sombra (como en Inglaterra), que es un ejercicio no de poder, pero sí de influencia ante el poder con el trabajo de gente especializada en los diversos temas que atañen a los problemas nacionales y, como dice Rolando Cordera, sería en los hechos el primer paso para un cambio de régimen.
–Mucha gente lo pone así: "La calle o las instituciones"…
–No, no, no . Permítame decirlo: es una pendejada, ¡por favor! Ni siquiera es una disyuntiva. Aquí lo que hay que hacer es respetar la ley, porque si se viola la ley, entonces se acabó todo. La calle no es ilegal. La calle también es una institución. Está bien eso de ser institucionales, pero, ¡hombre!, ser institucional no es andarse callando el hocico frente a tanta porquería.
***
Duro, muy duro es Arnaldo Córdova con Cuauhtémoc Cárdenas y con los argumentos que esgrime (diferencias programáticas y desacuerdo con varias candidaturas) para no haber participado en la campaña de AMLO:
"Es una patraña. Es un pretexto. No nos hagamos tontos: el hombre quería ser candidato por cuarta ocasión y no pudo. Es una forma de cubrir el rencor que tiene porque le ganaron la carrera. En lugar de ser generoso con su propio partido y con el movimiento de izquierda, como Heberto Castillo en el ’88, se dedicó a bombardear la candidatura de AMLO… ¿Cómo? Como él lo hace: con su ausencia, con que andaba dando un cursillo en el extranjero, con que no lo invitaron... Se olvida cómo todo mundo lo apoyaba sin invitación e incondicionalmente en el ‘88 y en el ‘94. ¡Qué lamentable!... Además soy testigo de cómo los cardenistas en Michoacán bombardeaban a López Obrador (Córdova es michoacano y toma un año sabático en su tierra), a excepción de Lázaro Cárdenas Batel, que no podía porque es gobernador… Eso, sí, coincido con él (con Cuauhtémoc, y lanza el sarcasmo): no hubiera aportado gran cosa a la campaña…
"Y eso de que López Obrador no representaba una candidatura de izquierda, ¡hombre, si tienen el mismo origen, tienen la misma historia, la misma biografía! ¡Si es igualito a AMLO!... Cárdenas –concluye lapidario– debió hacerse a un lado después de la gran experiencia del ’88 y permitir que llegara otro que tuviera más fuerza carismática, como Porfirio Muñoz Ledo…"
–Y Andrés Manuel, ¿no se debería retirarse entonces hacia el 2012?
–No se puede decir ahorita… Quién sabe… Depende de cómo le siga respondiendo la gente…
Reflexiona unos instantes y concluye: "A lo mejor sí tendría que hacerse a un lado, pero por lo pronto es el líder. Él es el que debe estar conduciendo esto porque, ante los radicalismos, hay fidelidad al liderazgo y él tiene suficiente fuerza para calmar esas cosas (las tentaciones radicales de irse al monte) y reconducirlas pacíficamente".
–¿Entonces la izquierda tiene que seguir el camino que lleva López Obrador, a pesar de que se vea mal en muchos sectores?
–¡Sí, claro! Es un camino de unificación, consolidación y fortalecimiento de la izquierda con un llamado a la participación constante de la gente. Nunca la izquierda se hizo tanto eco como ahora: 15 millones de votos. Casi ganan, si no es que ganaron…
Piensa unos instantes y sentencia: "El futuro de la misma democracia en este país depende de que la izquierda siga manifestándose así…"
A pesar de todo, a pesar del miedo de las clases medias, a pesar de que muchos perredistas confundidos digan que ya valió madre, a pesar de los medios, que por cierto: qué mal lo han hecho…"
Y advierte: "Los que ganaron no pueden volver a hacer lo que hicieron en esta elección, hasta donde se los permitió el entramado constitucional y legal: arrebatar el triunfo a la izquierda e intentar despojarla de cualquier papel institucional, como en los años 50 o 60. No se puede repetir una elección como esta…"
Juan Pablo Becerra-Acosta
COMENTARIO: Además de la traición a su pueblo y su partido, Cárdenas es un traidor a su padre, aliándose a aquellos que quieren destruir las instituciones que con tanto esfuerzo durante el gobierno del general Cárdenas el pueblo de México construyó. Es nuestro Bruto del México Moderno, tiene suerte de que su padre haya muerto antes de poder decirle: "¡Tú también hijo mío!"
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