Que habrá al menos un priista “beneficiado” por las declaraciones del presidente Felipe Calderón de que más de un tricolor está dispuesto a pactar con el crimen organizado, en caso de que retomen el poder.
Se trata del senador Manlio Fabio Beltrones, a quien algunos de sus “compañeros” le tenían reservada para esta semana una campaña de desprestigio digna de las peores causas.
¿La cancelarán o simplemente esperarán a que pasen las respuestas airadas contra el presidente Calderón para írsele a la yugular al sonorense?
Que otro “beneficiado” es el presidente del PRI, Humberto Moreira.
Las palabras de Calderón lo ponen en su mero mole: la discusión en defensa del partido.
El “escándalo” de las finanzas de Coahuila dormirá al menos una semana más.
Que el jueves los senadores le reclamarán duro al embajador de Estados Unidos, Anthony Wayne, por los operativos ilegales en territorio mexicano, como Rápido y furioso.
Nada fácil pinta para el embajador Wayne su primer encuentro formal con la Mesa Directiva que preside el panista José González Morfín.
Que a pesar de que los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos lanzaron una alerta sobre una mutación del virus de la influenza A/H1N1 en cinco casos de niños en California, las autoridades mexicanas determinaron que aplicarán desde este mes la misma vacuna que distribuyeron en 2009 y 2010.
Que hablando de medicamentos, la última remesa que llegó al ERUM hace menos de dos semanas ¡está a punto de caducar!
Si dichos medicamentos no se usan ya, serán enviados a la basura.
De hecho, se habla de que “muchos analgésicos y desinflamatorios” han sido sacados de su empaque y destruidos en una “operación hormiga”, de tal manera que en el papeleo se justifique su uso, aunque en realidad vayan a ser desechados.
Que cuando el miércoles el presidente Calderón y el cardenal Norberto Rivera inauguraban la Plaza Mariana en la Basílica de Guadalupe, el sacerdote Hugo Valdemar recibía el aviso de que la Secretaría de Gobernación reiniciaba la investigación en su contra, por oficio, ya que el PRD no ratificó su acusación.
A Dios lo que es de Dios, y a Valdemar, ¡la dura lex!
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