Triangulación de recursos ilícitos depositados en Monex para apalancar la imposición de Peña Nieto. Compañías fantasmas creadas para el propósito una de las causales: lavado de dinero. El movimiento progresista hace la tarea que el IFE no hace o no quiere hacer porque ya lo pactó. Pero la documentación ahí está y es auténtica. Imposible de refutar.
Si el TRIFE no actúa conforme a la ley, la ciudadanía unida le perseguirá por ello pacífica pero enérgicamente.
Sólidamente preparada impedirá la imposición presidencial de Peña Nieto.
El sistema pretende hacer creer al pueblo mediante la omnipresente opinión tendenciosa de los medios, que sería muy dañino para México cambiar “el resultado de la elección”.
Mentira absoluta. Es justo lo contrario. Si la reputación de México ha sido mancillada en el interior y en el exterior del territorio nacional, es porque el pueblo ha permitido y sostenido la opresión de los humanos abusivos, al cargo del eterno vicioso gobierno federal corrupto del PRI-AN.
Cuando uno responde “soy de México” en otro país, en la mente de los extranjeros aparece la visión de la corrupción por excelencia donde la impunidad es la ley.
Es decir, esa visión como nación donde reina la ausencia de la ética gubernamental, donde impera la falta de respeto por la ley, es lo que ha dañado profundamente la reputación de la política o políticos mexicanos, comportamiento que ha sido impuesto y derramado hacia la sociedad con el mal ejemplo.
Si se declarara improcedente e inválido el proceso electoral por comprobada manipulación ilegal de este, descubriendo una cloaca no sólo de violación en el rubro de lo electoral sino incluso de lo penal, sería un tremendo logro social ético para México, el que la democracia haya luchado por ver la luz. Nos haría sentirnos orgullosos e impulsaría a salir, finalmente, de la espiral de violencia entre hermanos.
Que con los pelos de la burra en la mano se muestre al mundo una sociedad valiente y en busca de la justicia por encima de todo. Consumar este hecho sería de un gran valor para México.
Limpiaría nuestra imagen, nos encausaría hacia el comportamiento correcto. Comenzaría a borrarse la idea del México agachado sumiso permisivo tolerante de la tranza fraguada frente nuestra desgastada y pasiva histórica mirada.
Que no nos confundan los merolicos mediáticos y los traidores a la patria que defienden sus posiciones personales de conveniencia. Los hay en todo partido en toda cumbre de poder que suele enfermarlos luego luego. El caso del chucho Graco Ramírez; el pronunciamiento del podrido Molinar Horcasitas; el teatro de Gustavo Madero encargado del montaje del “espíritu democrático” y de “hacer cumplir al tribunal con lo que corresponde”. Lo delata el uso de la palabra “presunto” delante de cada acusación de ilegalidad poniéndola en duda.
Los débiles de carácter no logran superar la excitación de la ambición, ni la oscuridad de la confabulación.
Realmente están actuando amedrentados los inculpados, aunque intenten disimularlo, porque no pueden dejar de hablar de la grave situación hecha pública de demanda de invalidez de la elección que va derecho y no se quita.
Se perciben así, porque todos conocen demasiado bien la larga y apestosa cola que arrastra el PRI-AN.
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