miércoles, 5 de septiembre de 2012

La simuladora Rosario Robles-- POLIMNIA ROMANA

Ayer se constituyó el Frente Parlamentario Progresista en el Senado de la República, integrado por los tres partidos de izquierda, PRD - PT y Movimiento Ciudadano.
Mala noticia para quienes insisten en que la izquierda está acabada porque está dividida, y muy buena noticia para los millones de mexicanos que le apostaron al cambio apoyando el Proyecto Alternativo de Nación que impulsa el candidato de las fuerzas progresistas.

La izquierda, siendo oposición, tiene como tarea OPONERSE a las reformas que afecten a los trabajadores y al pueblo empobrecido, que de ninguna manera puede ya sostener un gobierno tan caro. La izquierda está obligada a presentar reformas legislativas que permitan mejorar el bienestar de la gente y conservar nuestras riquezas naturales para convertirlas en palanca del desarrollo; reformas que detengan la continuidad del neoliberalismo que tanto PRI como PAN defienden a pesar de los pésimos resultados para el país y para la gente.

Reconocer o no a Peña Nieto es un asunto secundario, lo realmente importante para los mexicanos es que la izquierda dé la batalla en todos los frentes y empezar el cambio en la forma de hacer política, que influya en una distribución del presupuesto equitativa y justa, y sobre todo que defienda los derechos conquistados por los trabajadores así como los bienes de la nación que pertenecen al pueblo, porque el gobierno no es dueño de ellos ni puede ofrecerlos como moneda de cambio.

Quienes permanecemos de este lado, a la izquierda, no aceptaremos jamás, como lo hizo ayer Rosario Robles, simular que nos interesa el bienestar del pueblo y el progreso del país pero en el fondo nos importan un cacahuate porque somos capaces de renunciar a nuestros ideales para obtener privilegios personales, o simplemente para mantener un protagonismo que de nada sirve mientras México va rumbo al despeñadero.

Acá vamos a trabajar poniendo por delante nuestros principios, sin olvidar los rostros de los que claman justicia y que aún en las peores circunstancias mantienen viva la esperanza de un cambio.

No vamos a dejar de ser quienes somos ni a dejar de pensar como pensamos.
Los que se rinden y son capaces de abandonar su trinchera, en realidad nunca formaron parte de la izquierda, la usaron para brincar un escalón, pero no hacia arriba sino hacia abajo.
Los que se han ido a la derecha, y los que se irán, lejos de traicionarnos nos aligeran la carga, porque mucho ayuda el que no estorba. Ya no tenemos que cargar con ellos.

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