miércoles, 19 de septiembre de 2012

Reforma laboral: Outsourcing: Subcontratación: Coyotaje - HÉCTOR PALACIO

Sucintamente, el outsourcing es una especie o forma del coyotaje mexicano. Ahora que salen las notas periodísticas sobre la reforma laboral propuesta por Felipe Calderón en beneficio del próximo gobierno y los compromisos con empresarios mexicanos y extranjeros –referida por algunos como contrarreforma pues mella los derechos establecidos en la Constitución para los trabajadores-, llama la atención que el vocablo inglés haya salido a cuento y de manera tan presente. Después de un rastreo en la red se sabe que se trata de la forma castellana, subcontratación. Después de breve reflexión y de la exploración a la tradición mexicana, sobre todo en el campo de la producción, se concluye que se trata de vil coyotaje; coyotaje legalizado.

The outsourcing o la subcontratación se da cuando una empresa (A) contrata a otra (B) para que realice el trabajo, especializado o no, originalmente asignado a la primera. Así, la segunda trabaja para el contratante original (C) sin tener en realidad nada que ver con este. A se convierte en intermediaria entre B y C. Este fenómeno también conocido como “tercerización” es el equivalente al del “intermediarismo”, azote del campo mexicano, que se da cuando el productor vende a bajo precio al coyote, quien finalmente distribuirá la materia prima a las empresas que tratan con los clientes de la calle. Naturalmente que de todas maneras la empresa vendedora final, aunque tratara directamente con el productor, como consecuencia de la inevitable urbanización, rompe con ese “idílico” estado ya utópico del trato directo. La diferencia la establecen, sin embargo, las condiciones de compra-venta que normalmente cambian dependiendo de si hay o no presencia de “coyotes”.

En el laberinto de la reforma laboral presentada por Calderón, el no especialista parece perderse si no por otra cosa, porque renuncia a encontrar la “aguja en el pajar”, pues se pensaría que el propósito de la reforma fuera precisamente extraviar la aguja, enmarañar el truco, no dejar ver dónde está la pérdida del trabajador y la ganancia del empresario. Y no por mera mala intención, sino porque es la tendencia internacional durante más de tres décadas, desde que se ha venido instaurando en el mundo el llamado neoliberalismo. Y teniendo tan poco tiempo para analizarla (pretende ser aprobada antes del 30 de septiembre), los diputados y sus asesores o bien serán abrumados por la propuesta y la dejarán pasar sin más o ya de entrada traen consigna para aprobarla.

La parte de la condición de los sindicatos en dicha reforma pareciera tener más connotaciones políticas que laborales. Y es probable que así se imponga, pues el PRI no querrá conflictos con el mundo de corrupción representado por Romero Deschamps o Esther Gordillo. Ricardo Monreal ha sugerido que tras la máscara de la pretendida democratización de los sindicatos en realidad se busca la flexibilización de contratos y la proliferación del pago por horas.

En el caso de la subcontratación, se han señalado severas críticas a nivel internacional por lo que el fenómeno ha propiciado: 1. Eliminación de puestos permanentes de trabajo. 2. Eliminación de condiciones de seguridad y salud para el trabajador. 3. Contratación del trabajador por “obra” cuando en realidad trabaja de manera permanente. 4. Ausencia de identidad por falta de comunicación entre el trabajador y la empresa contratante original. 5. Degradación del salario, pues la parte ganadora aquí es la empresa coyote y luego la contratante original. 6. Contratación por horas que da pie no sólo a la pobreza del salario, también a los despidos arbitrarios y a la inestabilidad del trabajador en una empresa determinada. 7. Infinidad de irregularidades en la experiencia del fenómeno outsourcing a nivel internacional.

Es obvio que no es posible crear plazas o trabajos permanentes para todos los habitantes de un país y es deseable que se creen empleos, pero es importante que los diputados serios revisen las condiciones de los trabajadores bajo la subcontratación o la contratación por horas, de otra manera, sólo estará impulsando leyes que benefician a la parte empresarial y que abandonan al trabajador y al ciudadano común, prácticamente a su suerte.

Con la ratificación de Peña Nieto por parte del TEPJF, la pretensión será maximizar y consolidar el proyecto neoliberal iniciado en México quizá un poco antes de Salinas de Gortari, con Miguel de la Madrid, y prolongado no sin dificultades pero con gusto por el panismo. La subcontratación juega un papel importante en ese proyecto global. Ricardo Monreal, en “Las contrarreformas que vienen” (Milenio, 18-09-2012), ha explicado muy bien el proceso neoliberal mexicano en dos ciclos. El primero que empieza con de la Madrid y el segundo que inicia con el retorno del PRI, con intermedio infausto del PAN. ¿Hacia dónde se encamina o encaminan al país?

P.D. 1. Artículo de Ricardo Monreal, “Las contrarreformas que vienen”:

No hay comentarios: