domingo, 27 de septiembre de 2015


Gracias Francisco por no venir a México a estrechar la mano del presidente Enrique Peña Nieto, seguramente lo has hecho en tu casa, pero no en nuestro país. Sabes bien que él es cómplice de las injusticias a las que nos enfrentamos los mexicanos, sabes de su Casa Blanca de cómo llegó al poder legitimándose como el salvador de México, sabes del cementerio en el que se convirtió nuestro país por su complicidad con el narco, sabes que a la fecha cuarenta y tres madres siguen reclamándole la aparición de sus hijitos, sabes que 22 mil o quizás 23 mil familias han sido desmembradas en lo que va de su administración, sabes de la deuda social de un gobierno que se prostituye inmoralmente a los intereses de las grandes compañías transnacionales devastando el medio ambiente y privatizando los bienes de nuestra casa común; sé que lo sabes porque nos lo has dicho incansablemente y con una novedosa frescura en tu última encíclica “Laudato Si”.

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