miércoles, 30 de septiembre de 2015

No hay plazo que no se cumpla ni vela que no se derrita en un basurero de Cocula, y más si se aviva el fuego con un poco de mentiras nada piadosas, impresas en papel maloliente de un expediente amarrado con la lengua de un procurador cansado. Pero la verdad es incombustible. Si nos habíamos preguntado con Zedillo, Fox y Calderón de qué forma podía un gobierno mexicano avergonzarse ante el mundo dando explicación a un caso inverosímil, trágico y absurdo, además de tenebroso y terriblemente angustiante, la respuesta llega con el gobierno de Peña. Porque él lo prometió, lo firmó ante notario: Movería a México a lugares insospechados. Lástima que hasta ahora estemos entendiendo a qué se refería.

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