COLUMNAS
Cuando lo miserable miente, tiene nombre de político y es un peligro para la sociedad
Una pregunta serena para Javier Lozano Alarcón, ¿quién gobierna hoy y quién ha gobernado durante los últimos decenios? La respuesta podría llevar a la identificación de los responsables de los daños causados a la nación y a reconocer al verdadero peligro para México.
Causa molestia leer notas como en la que SDPnoticias.com (24-07-16) reporta las mentiras de un personaje cuestionado y falto de credibilidad como el panista expriista, en realidad prianista, el “senador” (del tipo caliguliano, camusiano) poblano (de evidente herencia diazordacista), Lozano Alarcón.
Mentir es la principal actividad de este huésped sempiterno del erario. Ha encontrado en ella su goce y modus vivendi. Si se le llama vividor es porque nunca ha dejado la burocracia; como la garrapata a la res, ha engordado de la ubre-presupuesto. Su dudoso prestigio al ser colaborador de Calderón Hinojosa y ocupar un puesto inmerecido en el senado le da a su cinismo el derecho de continuar engañando a la sociedad. No ha bastado con vivir de ella como ente parasitario; de ser autor de la frase extorsionadora en beneficio del PAN (¿o suyo?) contra el empresario chino Yi Ghon: “copela o cuellos;… copela, no cuello”; de ser emisario de las televisoras; de dejar sin empleo a miles de familias al desmantelar al sindicato mexicano de electricistas; de participar en el fraude de 2006, no. Para vivir tiene que sumergirse en el engaño cotidiano, como en el menú musical del día que tanto le agrada.
La nota referida da cuenta de la suma de Alarcón a la empresa contra López Obrador encabezada por Peña Nieto, Beltrones (en su momento como presidente del PRI), Fox Quesada, Nuño Mayer, Anaya Cortés y en general todo el prianismo. Y no se trata de defender al objeto de su ataque, si no de aclarar las palabras y los dichos. Al salir de un evento en Querétaro, el empleado público hizo declaraciones que, aparte del ataque mismo, contienen dos-tres mentiras cargadas de odio y con el deseo de engendrar miedo a la sociedad:
1. “Lo que tenemos que evitar es que un populista como López Obrador llegue a la Presidencia porque entonces todo lo que ustedes ven aquí en Querétaro, de desarrollo, de bienestar, se va a ir al traste”.
Si se toma el concepto populista en sentido positivo, como el expuesto por Obama a Peña Nieto, al atribuir esa identidad a los luchadores sociales, a los que han procurado con autenticidad el bien de los pobres, a los que buscan cambiar para mejorar el equilibrio social, a gente como Bernie Sanders, el concepto le va bien al dirigente de la izquierda mexicana. Si se percibe desde el lado negativo, gente como Lozano encarnan a los verdaderos populistas, pues utilizan los cargos públicos y los de elección popular no para servir al pueblo, para cumplir sus compromisos y programas, sino para enriquecerse en lo personal, para volver parasitaria y elitista a la clase política que medra, para beneficiar a amigos, familiares y grupos de poder en torno suyo: usan el poder público para engañar. Por otra parte, recurrir a la vieja estrategia del miedo de que todo se va a acabar si llega al poder tal o cual persona, es una vergüenza para la política de una sociedad que se quiere democrática. Ya la usaron los panistas y el Consejo Coordinador Empresarial en 2006; para ellos no existe la democracia del discurso razonado sino la materia fecal como grito de campaña.
2. “Entonces, ése yo creo que debe ser el gran reto discursivo para hacerle ver a la gente que no podemos irnos por esa ruta para no caer en esquemas tipo Venezuela”.
Esta frase, “el gran reto discursivo”, anuncia que conforme se acerque el 2018, los ataques contra el puntero de las encuestas va a estar a flor de boca de sus adversarios (acaso odiadores, como Lozano). Flor de mal aliento, pues es falaz. Se ha aclarado una y otra vez que el programa del presidente de Morena no tiene que ver ni nunca lo tuvo, con lo que sucede en Venezuela. Los mexicanos tienen sus propios problemas y estos residen precisamente en la irresponsabilidad de quienes han ejercido el poder por decenios, en el prian. Natural, Lozano como parte de ambos, porque es un vero prianista militante, aunque quiera escindirse y quedarse solo como p-anista y olvidar la primera parte del historial y el adjetivo compuesto.
3. “Lozano Alarcón señaló que en este momento hay que hacer ver a la población el peligro que representaría la llegada del presidente nacional de Morena a la residencia oficial de Los Pinos.”.
Lo que la sociedad tiene que hacer ver a sí misma y a sus interlocutores políticos, es que el verdadero peligro para México son los populistas del tipo prianista, esos que han engordado su capital a expensas del erario y nunca han hecho nada por servir a la nación, a la sociedad. Todo lo contrario, han hecho todo lo posible por perjudicarla, por servirse de ella, por vanagloriarse de sus posiciones públicas sin merecerlas. ¡Qué peligro que este tipo de políticos continúe en el poder! Así es, el grave peligro que se eternicen en forma de PRI o PAN y sus aliados, porque ellos son los que están allí ahora, ejerciendo el poder (y hasta claramente mal habido, como en 2006), no sus adversarios. Están allí y no han hecho nada -debe de reiterarse hasta el hartazgo-, en bien de la nación que está postrada en la miseria, la injusticia, la violencia de todos los días (los casos abruman, el reciente supera al anterior o se pierde en el cúmulo), la impunidad. ¿Quiénes son los responsables directos de la honda crisis nacional sino ellos, el verdadero peligro para México, que son los que gobernaron ayer y gobiernan hoy? ¿Permitirá la sociedad que este grupo de hombres en el poder siga dañando a la nación, que gobiernen mañana? Este es el reto, más que discursivo, el reto de la verdad y la convicción, poner en claro quién es el verdadero peligro para México. ¿Acaso hay dudas?
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