El despertar
AMLO, beisbolista político
José Agustín Ortiz Pinchetti
J
osé Ramón (Pepín) LópezObrador comenta:
De jovencito, mi hermano Andrés Manuel no soñaba con ser presidente, sino estrella de beisbol. En alguna forma el líder tabasqueño ha combinado la política y la
pelota caliente. Aún niño lo jugaba en su pueblo, Tepetitán, Tabasco. Un paraje ribereño con llanos de grama rodeados de colinas selváticas. Escenario ideal para un diamante beisbolero. El beis de origen nórdico se da muy bien en el trópico. AMLO practicó muchos años y no ha perdido esa
debilidad. Hace unos días lo fotografiaron en el juego de estrellas, con el gigante dominicano David Ortiz ( Big Papi), campeón jonronero. AMLO, hasta antes de su infarto, bateaba 300 y jugaba bastante bien la primera base.
El beisbol y la política son disciplinas con muchos puntos de contacto. Requieren concentración, trabajo en equipo de alta coordinación, valentía, prudencia, a veces audacia, pasión, templanza, buena salud y mente alerta. La soberbia tiene alto costo. La humildad (autocritica) es oro puro. AMLO calcula cada jugada política al milímetro, como Ruiz Cortines los movimientos en el dominó. Es un apasionado que enfría su ánimo antes de decidir. Cuida sus palabras a tal punto que muchos se exasperan. No cultiva resentimientos y se apega a las reglas.
Yo lo vi jugar como maestro, cuando trabaje con él, se desligó de Fox y luego estableció un equilibrio inteligente. Cuando este traidor a la democracia lo quiso aniquilar le ganó uno por uno todos los episodios. En el
desafuerologró lo que nadie había podido: derrotar al Presidente. Además se convirtió en una figura nacional e internacional, sin salir jamás de la capital. Contuvo la iracundia popular después del fraude de 2006. Él y Alejandro Encinas mantuvieron los equilibrios sin cometer un solo error.
Hay una jugada suprema en el beisbol: batear y correr ( hit and run), es muy audaz y requiere previsión, intuición y suerte. A una señal, el bateador debe tirarle a lo que venga y los corredores en las bases salir disparados. Si sale bien, puede decidir el juego; si sale mal, es un desastre. AMLO hizo hit and run, apoyó a los maestros disidentes cuando su causa se veía difícil. Se lanzó con lo que tenía. El equipo del gobierno cometió errores y AMLO los aprovechó. Al debilitarse la reforma educativa ha ganado un espacio vital. La jugada salió bien. Pero aquí, como en el rey de los deportes,
esto no acaba hasta que se acaba.
Twitter: @ortizpinchetti
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