El vestido más polémico de los Trump
Una de las historias más escuchadas dentro de la campaña política de Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de EEUU, es su promesa de «devolver los trabajos de productos manufacturados a América», y la reivindicación en contra de las fábricas o empresas que trasladen las inversiones de forma «offshore»
Pero las cosas cambian cuando se trata de si mismo y de sus negocios. Esta política defendida por el candidato ya le ha costado más de un momento incómodo, especialmente en 2012 cuando David Letterman, presentador de televisión, demostró que la mayor parte de su negocio textil se fabrica en China y Bangladesh. Al igual que sucede con la línea de joyería de Melania Trump, esposa del magnate.
Ivanka Trump tampoco se queda atrás y mantiene los pasos de su padre, pese a ser la nueva portavoz de Trump, falla en lo mismo que éste, y mantiene sus ideas, ya sabemos que de «tal palo tal astilla», y por ello comete sus mismos errores. La hija del estadounidense tiene su propia línea de zapatos, ropa, y bolsos, que están fabricados fuera de Estados Unidos, especialmente en China, al igual que los negocios de su padre y esposa.
Corroborando esta idea, un economista apuntó que la gran mayoría de las prendas de la marca de Ivanka están importadas y las restantes vienen de China: «628 están importadas y 354 se fabricaron en China», decía.
Ahora, la polémica ha trascendido por el atuendo elegido por Ivanka para acudir a la convención republicana. De color rosa palo y de corte recto acudía con un vestido de su propia línea de ropa importada «offshore», pese a boicotear todas las empresas trasladas al extranjero, como al fabricante de las galletas Oreo, que decidió reubicar sus fábricas a México.
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