16 de Marzo, 2009 - 00:00
Nadie, absolutamente nadie puede acostumbrarse a vivir en la miseria, a padecer hambre, enfermedades y abuso de las autoridades. Que lo soporten es otra cosa.
PRI y PAN creen que la gente ya se acostumbró a las terribles condiciones de vida que ha sufrido bajo sus malos gobiernos, pero no es así. Lo que sucedía era que no había de otra, era PRI o PRI, después PRI o PAN, pero da la casualidad de que surgió entre las filas del PRD un líder moral que sí cumple lo que ofrece, y no sólo eso, sino que vela por el bien del pueblo y de la patria. Esa fue la verdadera razón por la que los prianistas le arrebataron la presidencia en 2006, porque los ha puesto en evidencia siempre. Ese líder indiscutible es Andrés Manuel López Obrador, quien no ha tenido miedo de denunciar la serie de corrupciones que desde el poder han cometido personajes siniestros como Carlos Salinas.
Si PRI y PAN creen que contarán con los votos de la gente que ha tomado conciencia de la verdadera causa por la que el país se encuentra en este abandono, están muy equivocados. La gente que acepta gorras, camisetas y despensas lo hace por necesidad, pero no esperen apoyo de ellos. A menos que realicen fraudes como antes, quitándoles su credencial de elector, no tienen oportunidad de ganar elecciones populares, precisamente porque son POPULARES.
Así que a darle duro doña perpetua, es momento de talonearle para fabricar los fraudes que tienen pactados. También los encuestadores vendidos están muy apurados inventando mentiras que se propaguen rápido por la tele.
La gente ya no cree en eso, se los aviso. Ahora entendemos el mensaje al revés. Cuando dicen que alguien tiene aceptación es porque anda por los suelos. Y cuando reviven la guerra sucia contra AMLO es porque las encuestas reales lo tienen a la cabeza.
Así que, mis queridísimos resistentes, no se me hagan bolas. Entre más duro le den a AMLO – ahora ya hasta inventaron que tiene liga con los Zetas –, es señal de que la gente lo sigue apoyando por todo el país. Y, no es por nada, pero a eso sí se acostumbra cualquiera; a recibir afecto y palabras de aliento que revivan la esperanza de un futuro mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario