Este gobierno, junto al de Fox, debe estar orgulloso de su mayor logro. No es la educación ni el preciado e inútil Centro Fox, tampoco es el gran avance en derechos humanos, mucho menos el papel del presidente de facto al dictaminar resultados forenses. No, es un logro que sólo Calderón se puede adjudicar y es haber hecho del Chapo Guzmán uno de los hombres con más dinero, ya no de México, sino del mundo entero.
Si reducimos el ejemplo del auge económico del Chapo al núcleo familiar podríamos decir que Fox es la mamá que lo parió de un oscuro penal supuestamente de máxima seguridad, el cual resultó mucho más fácil de vulnerar que cualquier evento público de Calderón. Luego, este resultó ser el padre, el proveedor de los medios que hicieron del Chapo lo que es hoy, un reconocido magnate que comparte lista con Carlos Slim o Bill Gates, nada más que personalidades. El concepto capitalista de la riqueza quita aspectos morales sobre las fortunas de los admirados millonarios. Poco se cuestiona la forma en que esos capitales son acumulados y mantenidos. No hablan sobre el real origen de la fortunas, estigmatizan y sobrevaluan a otros nombres, hacen una apología del atesoramiento de la fortuna en detrimento de la paz y justicia social. Bajo los términos de ellos, el que el Chapo se codee, al menos en una lista, con Slim deja de ser algo que admirar.
Sólo a Calderón le pasan estas cosas. Su ineficiencia como administrador deviene en todo lo contrario a lo que busca. Parece que tiene una maldición encima que invierte todo su contexto en cosas opuestas. El que se reconozca al narco como un multimillonario más es algo que señala como fallida su guerra personal contra el crimen organizado. Como consecuencia directa no sucederá gran cosa, quizás algunas declaraciones que traten de confundir a la opinión pública y demeriten la lista de Forbes, en eso son especialistas; tachar de un peligro para la nación todo aquello que demuestra la real dimensión de los problemas de nuestro país.
Es difícil imaginar qué pasaría si estuviésemos perdiendo la guerra de Calderón. La últimas semanas han sido intensas en cuanto a declaraciones que cruzan la frontera norte. Estados Unidos al parecer está tomando ya acciones que Calderón teme hacer. A este paso el gobierno estadounidense revivirá la infame Certificación Antidrogas para recordarle al presidente de facto quién es el que tiene le verdadero poder en norte del continente. Y es que Estados Unidos también sabe jugar sucio, en México no hace falta que intervengan con armas, basta una intensa campaña propagandística para desestabilizar y espabilar las cuerdas del poder que están deshilachadas a base de corrupción y desidia.
¿El Chapo? feliz, me imagino. No veo cómo ser incluido en una lista tan afamada pueda ser malo, pero recordemos eso de la propaganda, esa misma lista está formada con nombres como Fidel Castro y otros enemigos políticos del imperio. El que se haya incluido a Guzmán Loera, es quizás una señal más de que Estados Unidos ya está tomando el control de la situación.
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