jueves, 12 de marzo de 2009

EL CHAPO, ¿MENOS PEOR QUE SLIM, ASCARRAGA, BAILLERES,HARP , ETC.

Por Federico Arreola
12 de Marzo, 2009 - 08:03

Slim va a tener que darle las gracias al Chapo Guzmán. Y es que si bien el dueño de Telmex perdió en el último año miles de millones de dólares debido a la crisis financiera, sus pérdidas habrían sido bastante mayores si no se hubiera manifestado la generosidad de gente como el Chapo, quien según la agencia Reuters "cambia cada día de teléfono celular para no dejar pistas".

Con clientes tan leales, Slim puede estar tranquilo: su negocio no entrará completamente en recesión. Claro está, lo menos que don Carlos puede hacer ahora es invitar al consejo de administración del Grupo Carso a don Joaquín, que es el nombre original del famoso capo de la droga que se escapó, durante el sexenio de Vicente Fox, de un penal de alta seguridad.

El Chapo, con sus 1.55 metros de estatura, demostró ser mucho más listo que el Fox, el zangamilote de casi dos metros de altura. Esa palabra, para quienes no la recuerden, la utilizaba mucho López Obrador en los tiempos del desafuero para referirse al entonces presidente de la República. Y vaya que le viene a la medida a don Vicente, ya que en Tabasco y en otras poblaciones del sureste mexicano un zangamilote es alguien muy alto y muy torpe. Sí, exactamente como el esposo de la Sahagún.

El caso es que la llegada del Chapo a la lista de Forbes compensa en alguna medida que de la misma hayan salido varios empresarios mexicanos realmente muy afectados por la crisis, entre ellos todos los ex potentados de Monterrey.

¿Eso hará que el Chapo se convierta en una persona respetable? Tal vez. Porque no es cualquier cosa eso de aparecer junto a personas tan admiradas por los columnistas de negocios y por los editores de las revistas y de los suplementos de sociales como Carlos Slim, Alberto Bailleres, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea, Jerónimo Arango, Roberto Hernández y Alfredo Harp. Todos estos son importantes y respetados porque tienen dinero. Solo por eso. El Chapo, así, por obra y gracias de Forbes ya es tan importante y debe ser tan respetado como ellos. ¿O no es eso lo que pretende la célebre revista estadounidense?

Alguien, utilizando argumentos moralistas, dirá que el Chapo envenena a la juventud con sus drogas. ¿No es eso lo mismo que hacen Azcárraga y Salinas Pliego con sus malos programas de televisión? Y, claro está, mucho de lo que se vende en el Palacio de Hierro de Bailleres, una de las catedrales de la frivolidad en México, perjudica más a los muchachos y a las muchachas que los productos comercializados por el Chapo. Y ni para qué hablar de las minas inseguras de Larrea o de la usura lamentable que caracteriza a Hernández y a Harp.

Bueno, ya si se compara al Chapo con sus pares del club de los multimillonarios, como que no es el peor de los delincuentes. Más peores se ven los otros.

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