Ayer, hasta donde pude, fui objetiva y haciendo a un lado el corazón y mi propia historia observé cómo 100 mil personas llenaron el Zócalo y sus alrededores sólo para escuchar a un hombre. Esas valientes almas soportaron uno de los días más calurosos y un sol ardiente por horas para escuchar sin intermediarios lo que Andrés Manuel López Obrador tenía que anunciarles.
No conozco a nadie que sea indiferente ante el Presidente Legítimo, bueno o malo algún comentario provoca este gran personaje. Hace más de 15 años que el tabasqueño más famoso ha provocado a periodistas, políticos y ciudadanos en general. Durante ese tiempo pasó por éxodos, elecciones estatales, la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, el polémico desafuero, una campaña presidencial, un megafraude, un plantón de 41 días, una maratónica vuelta al país y, sobretodo, pasó y se quedó en millones de corazones.
Yo he asistido a todos los eventos que Andrés Manuel ha realizado en el Zócalo capitalino, y aunque siempre se ha llenado a reventar no dejo de ponerme nerviosa al pensar que puede llegar el día en que asistan unos cuantos, que la gente decida no luchar más y se quede en su casa a ver un partido de futbol. Sin embargo, cuando el reloj marca la hora exacta y el Presidente sube al templete en medio de gritos, aplausos y porras, los nervios se convierten en asombro, se transforman en gran orgullo cuando puedo ver por detrás de su hombro las miles de cabezas, banderas de colores y brazos que saludan enérgicamente al tan esperado líder.
Pase lo que pase, la gente siempre responde al Presidente, siempre lo mantiene fuerte y firme, le demuestra que el camino que él traza día a día, acción tras acción, es el correcto.
Después de pasar por tantas emociones me queda tiempo para imaginar la cara de Carlos Loret, su tocayo Marín, Pablo Hiriart, Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Dóriga y por supuesto la del pelele y sus patrones al advertir que sus predicciones son evidentemente inexactas, además de malintencionadas. Sus venenosos comentarios que han publicado los últimos días no demuestran otra cosa sino que en las verdaderas encuestas Andrés Manuel López Obrador se mantiene por encima de cualquier adversario, incluso ha ascendido algunos lugares en los últimos meses.
A los mafiosos y sus patiños de los medios vendidos les duelen las críticas y el rechazo del pueblo, no lo pueden negar, pero lo que les revienta como cuete de Tultitlán en las entrañas, y no los deja pegar los ojos por las noches es LA VERDAD.
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