sábado, 22 de agosto de 2009

Desfiladero

El hoyo de las donas de Carstens

Jaime Avilés
¿Por qué no ha presentado su renuncia el secretario de Hacienda, Agustín Carstens? Su desatinado manejo de las finanzas públicas le ha dado ya un sitio excepcional en la historia. Gracias a sus gestiones, durante el segundo trimestre de 2009 la economía mexicana registró su peor caída desde 1932, cuando en el marco de la Gran Depresión se contrajo 14 por ciento (según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía citados por CNN el jueves).

Ahora, el derrumbe económico del trimestre anterior ha sido de 10.3 por ciento, mas no en comparación con los resultados de enero-febrero-marzo, sino con los de abril-mayo-junio de 2008. Algunos expertos consideran que este método de medición del Inegi es engañoso y debería ser sustituido por uno más realista, pero ese no es el tema de esta columna.

¿Cómo les fue a otros países en el segundo trimestre de 2009? Siempre según CNN, China creció 7.9 por ciento y Japón 3.7, en tanto la economía de Italia se desplomó 6.0, la de Alemania 5.9, la de España 4.1 y la de todos los países afiliados al euro 4.6 por ciento en promedio. A Rusia le fue peor que a México, pues allá la caída fue de 10.9 por ciento. ¿Y en América Latina?

El decremento en Chile fue de 4.5 por ciento, mientras el de Venezuela, mucho más benigno, quedó en menos 2.4. Del resto de las economías del subcontinente no hay por ahora indicadores, pero lo notable es que mientras México se hundió 10.3 por ciento, en Estados Unidos la caída fue de sólo un punto. ¿Qué pasó entonces? ¿No que si a los vecinos del norte les daba pulmonía nosotros padeceríamos apenas un catarrito?

Hace días, Carstens reveló la existencia de un hoyo fiscal de 300 mil millones de pesos en 2010. Esto significa que debido a la baja de los precios del petróleo, a la reducción de nuestras exportaciones de crudo, al fracaso de la campaña calderónica para reanimar el turismo, a la disminución de las remesas de los migrantes y a la parálisis en otras muchas áreas productivas, Hacienda dejará de captar esos 300 mil millones de pesos que, en realidad, según el analista Rogelio Ramírez de la O, serán 480 mil millones.

Como han hecho todos los neoliberales desde 1982, Carstens va a “enfrentar” la crisis con las siguientes medidas “dolorosas, pero necesarias”: recortará los programas de ayuda a los más pobres (al fin que ya pasaron las elecciones), disminuirá groseramente los presupuestos de educación, salud, vivienda y desarrollo de infraestructura (que generan empleos); despedirá a miles de servidores públicos, aumentará las tarifas de luz, gas, gasolina y diesel, intentará aplicar IVA a alimentos y medicinas y, como con todo lo anterior de todos modos no sacará del hoyo al país, contratará más y más deuda pública, pero ¿garantizándola con qué, si ya casi nada nos queda? Con el petróleo, por supuesto.

¿Y ellos, los de arriba, qué pondrán de su parte? ¿Disminuirán los sueldos de 4 millones de pesos anuales que ganan cada uno de los magistrados y la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación? Todo lo contrario: como no les gusta trabajar en Iztapalapa, sus señorías exigen que se les reubique en una zona bonita, como San Angel. ¿Y los ministros de la Suprema Corte van a cobrar menos por sus obscenos y repugnantes servicios en pro de las causas más ruines? De ningún modo.

En los últimos cinco años, los salarios de directores generales, directores de área y subdirectores de las dependencias federales aumentaron de la siguiente manera: en la Secretaría de Agricultura, 68 por ciento; en Energía, 96 por ciento, y en Economía, 62 por ciento, lo que en términos anuales se traduce en ingresos que oscilan entre un millón 80 mil y un millón 700 mil pesos por cabeza. El despilfarro de recursos en la nómina de la alta servidumbre burocrática es uno de los boquetes por donde se van al caño las posibilidades de recuperación del país.
Otro ejemplo. En el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje acaban de ser designados los magistrados de 12 nuevas salas, pese a que todavía no cuentan con oficinas ni escritorios ni espacios útiles para despachar. Pero ya están cobrando 120 mil pesos mensuales con retroactividad al primero de enero; es decir, de entrada ya se embolsaron 960 mil pesos cada uno por no haber hecho absolutamente nada, pero como por cada sala hay tres magistrados (uno es el presidente, otro representa al “gobierno” y otro a los trabajadores), multipliquen ustedes 12 por 3 y la cifra resultante por 960 mil para darse cuenta de que, en realidad, su incorporación al Poder Judicial de la Federación nos costó a los contribuyentes 34 millones 560 mil pesos (más coctel de bienvenida), y eso, repito, que aún no tienen oficinas ni saben cuándo o cómo empezarán a trabajar.

Pero, alegrémonos: todos, o casi todos ellos, responden a las órdenes de Elba Esther Gordillo, de modo que ahora la mujer más poderosa del régimen controla, además de la SEP, el ISSSTE y la Lotería Nacional, los tribunales donde van a dirimirse los conflictos laborales que afectan a los trabajadores del apartado B, es decir, a los empleados federales y a los del gobierno capitalino.

La debacle del PAN en las elecciones de julio hizo visible la ruptura entre Felipe Calderón y Elba Estéril, que lo dejó esperando los votos que le había prometido para ganar la mayoría en la Cámara de Diputados. Esos votos, en cambio, fueron para los candidatos de Enrique Peña Nieto, su nuevo aliado, y como ahora éste tiene a Carlos Salinas de Gortari como jefe de su campaña a la Presidencia de la República, es razonable concluir que la concentración del poder político en México involucra cada vez a menos personas: la cúpula del régimen se achica y el ex presidente incómodo pretende retomar la conducción del país mediante el hombre del copetito.

Nadie como Salinas de Gortari ha trabajado con tanto ahínco para regresar a México al siglo XIX. Su tenacidad merece el más amplio reconocimiento. El país tiene en la actualidad un Estado tan endeble como el que administraba Porfirio Díaz, y las conquistas sociales de los trabajadores, las pensiones de los ancianos y las expectativas de los jóvenes son tan escasas como las que había cuando estalló la Revolución de 1910. Como explicó Kapuscinsky en su momento, los grandes “modernizadores” del siglo XX, entre ellos el sha de Irán y Mijaíl Gorbachov, llevaron a sus países al pasado. El caso de Salinas no es distinto: abrumadoras evidencias lo confirman.

A pesar del boquete fiscal de 480 mil millones de pesos, que simboliza el hoyo de las donas que fascinan a Carstens, el presupuesto de 2010 va a privilegiar tres aspectos: los salarios de la alta burocracia, el pago de la deuda pública (la externa y el Fobaproa) y los gastos de la policía y del Ejército. En consecuencia, el pueblo tendrá que movilizarse, y lo hará sabiendo que lo asisten la historia, la justicia y la razón.

Por lo pronto, el sábado y el domingo de la semana próxima (29 y 30 de agosto), en el Sindicato Mexicano de Electricistas (Insurgentes casi esquina con Antonio Caso) va a celebrarse el primer Encuentro Nacional en contra de los Cobros Excesivos de Luz, al que están invitados los representantes de todas las casas del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, de todos los estados del país, a quienes los organizadores les brindarán comida y alojamiento.

Esta columna abraza con cariño y con tristeza a sus muy queridos amigos José María Pérez Gay y Lilia Rosbach.

jamastu@gmail.com

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