Por Federico Arreola
27 de Agosto, 2009 - 12:47
He narrado una reunión que sostuve con el cineasta Luis Mandoki y con el encuestador Roy Campos.
Roy nos dijo que, en estos días, Liébano Sáenz y Federico Berrueto iban a presentar los resultados de su encuesta nacional. Ha ocurrido ya.
Liébano no es un honesto científico social, sino un político mañoso. Perfeccionó su maquiavelismo con Ernesto Zedillo.
Fiel a su naturaleza, en lugar de dar a conocer su encuesta en una reunión académica o simplemente enviándola por internet a los interesados, Liébano organizó para tal efecto un fastuoso guateque.
Hay quienes piensan que los carísimos eventos de Liébano Sáenz tienen patrocinador: Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México. Es lo que se dice en algunas oficinas del PRI, del gobierno federal y del Congreso.
Estuve leyendo las más de cien páginas del "estudio" de Liébano y Berrueto. Se trata, en el mejor de los casos, de un vacilón. Pero tal vez solo sea basura estadística químicamente pura.
A mí los dos personajes me caen bien, he sido amigo de ellos y espero mantener la amistad. Dependerá de la madurez con la que acepten las críticas.
Ya dije que Liébano Sáenz, un viejo político, no sabe nada ni de encuestas ni de ciencias sociales. Lo suyo es la grilla. Es bueno para eso, y no da para más.
Pero Federico Berrueto es, o fue, un estudioso serio. Lamento que no controle al otro.
Pregunté a Roy Campos -que a pesar de algunos detalles sí es un experto en la materia- qué opinaba acerca de los trabajos de Liébano y Berrueto. Me dijo que la metodología de ellos no la utilizaría ningún encuestador profesional en México ni en Estados Unidos ni en Europa ni en ninguna parte del mundo.
Y es que resulta ridículo lo que han hecho Berrueto y Liébano: violentar las cifras para promover a Enrique Peña Nieto y, al mismo tiempo, para dañar a Andrés Manuel López Obrador.
Se nota que, minimizando muy vulgarmente a AMLO, Berrueto y Liébano quieren quedar bien con Marcelo Ebrard Casaubón, al que antes detestaban (por lo menos Liébano), pero al que ven ahora con simpatía (el poder vuelve a la gente muy simpática).
Pero se nota más que Federico Berrueto y Liébano Sáenz quieren agradar a Calderón por la vía de lastimar al Peje.
Alguien dijo que las cifras no mienten, pero que los mentirosos también usan cifras. Los mentirosos y, como es el caso, los que lucran haciendo trabajo sucio para los políticos.
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