Por Polimnia Romana
24 de Agosto, 2009 - 00:00
Los que apoyaron la imposición de un gobierno ilegítimo, mediante un fraude electoral, no se creyeron la mentira de que López Obrador era un peligro para México, más bien pensaron que sería un peligro para ellos porque la campaña sucia de Calderón se dedicó a regar mentiras; que iba a endeudar al país, que era un Hugo Chávez, por cierto qué bien le va a Venezuela, que iba a quitarle a la gente sus propiedades y que repartiría el dinero de los grandes empresarios entre los pobres. Ah, y que iba a provocar una devaluación. El escenario que tenemos enfrente no es una mentira, inseguridad y muerte por la guerra contra el narcotráfico, devaluación, desempleo, boquete en las finanzas públicas, cero inversiones en infraestructura, campo, educación y programas sociales, alza a las tarifas de luz, agua, gasolinas, diesel y, lo que viene, impuestos a medicinas y alimentos. PEMEX en quiebra, dice Labastidagate, etc, etc, etc. Entonces, sí era cierto que existía un terrible peligro para México, pero no era López Obrador sino Calderón.
También es cierto que las propuestas de Andrés Manuel eran justo lo que el país necesitaba hace 3 años para detener esta crisis y echar a andar la economía, con lo que se hubiera evitado la profundización de la pobreza y la proliferación de la violencia, que ha dejado más muertos que la guerra de Irak. Ante el shock financiero que al fin reconoció el gobierno espurio a través del secretario de Hacienda, y para evitar endeudar más al país, Calderón tendría que aceptar que a López Obrador lo sigue asistiendo la razón, y que el primer paso para tapar el boquete, tamaño Carstens, es reducir 500 mil millones de pesos al gasto público, medida que no tomará porque carece de liderazgo ante el Congreso y ante los gobernadores y los altos funcionarios que lejos de administrar con responsabilidad han dejado de invertir, derrochando a manos llenas el dinero.
Todo apunta a que la salida de Calderón será contraer más deuda pública, congelar la inversión y disminuir la recaudación de los próximos años.El peligro que pregonó Calderón se hizo realidad en su persona, los resultados que tenemos a la vista lo comprueban, pero también hay actos y hechos que ratifican que para ellos Andrés Manuel sigue representando un peligro, de otra manera no se entiende la razón por la cual Ulises Ruíz lo acosa y lo persigue por los municipios que recorremos. Manda gente para amenazar a los que asisten a las reuniones con Andrés Manuel, cierra hasta los caminos de terracería para que no puedan pasar las camionetas y mantiene una vigilancia permanante sobre lo que hace y dice el Presidente Legítimo. ¿Pués no que ya está acabado? ¿Por qué tanto miedo a su discurso, a sus propuestas y al cariño que le tienen los oaxaqueños? Al terminar una de las reuniones, Andrés Manuel dijo, con el ingenio que lo caracteriza: "nadie patea a un perro muerto".
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