Por Federico Arreola
24 de Agosto, 2009 - 00:34
El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, controla casi todo en la entidad. Su partido, el PRI, ganó las pasadas elecciones. Por eso sorprende que haya tenido un arranque tan malo en la carrera por la gubernatura.
En 2010 se elegirá gobernador, y el candidato natural de izquierda, Dante Delgado, logró una arrancada espectacular. Presentó un informe de sus actividades como senador que impactó sin duda.
A pesar del papel fundamental de Dante en el movimiento de López Obrador, convocó a personajes de diferentes partidos, algunos de ellos enemigos entre sí, como el senador Ricardo Monreal, izquierdista combativo, y el gobernador Herrera, paradigma de la peor burocracia.
¿Qué hacía Fidel en el informe de un prominente aliado de AMLO? Tal vez se preparaba para aceptar que la izquierda llegue al gobierno de Veracruz.
Dante exhibió músculo político. Por eso, con la intención de dañarlo, alguien puso a circular la versión, falsa, de que Dante Delgado y el presidente de Convergencia, Luis Maldonado, se han peleado porque, dice la intriga, uno apoya a AMLO como candidato para 2012 y el otro a Peña Nieto. Es ridículo ya que Dante y Luis han contribuido como pocos, desde 2006, a fortalecer al gobierno legítimo. Semejante hablilla busca dividir a Convergencia, que va a ser la base de la alianza de izquierda que buscará la gubernatura de Veracruz.
Otro buen arranque fue el del panista Gerardo Buganza, que encabezó un acto multitudinario para informar lo que ha hecho como diputado. El evento fue tan importante que no solo puso a Buganza a la cabeza entre los precandidatos del PAN a la gubernatura, sino que de inmediato propició que empezara la guerra sucia en su contra. El clásico "fuego amigo": el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo de Miguel Ángel Yunes Linares (este último también precandidato del PAN) ordenó retirar la propaganda que Buganza colocó en las calles.
Yunes Linares, que se ha visto lento, va a batallar para emparejarse. Sobre todo por los golpes bajos que lanza.
Donde no hay actividad es en el PRI. Todo está paralizado a la espera de que el Fidel Herrera tome una decisión. Pero este no se anima. Quizá sabe que va a perder la gubernatura. Es una explicación al hecho de que haya aplaudido el informe de uno de los líderes del movimiento que desde 2006 trae a mecate corto a los malos gobernadores. Y Fidel es de los peores.
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