Narra caso mujer que busca a su padre
Ma. Guadaluope González M.
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de abril de 2011, p. 10
San Luis Potosí SLP, 26 de abril. Llegó al municipio de San Fernando, Tamaulipas, con la esperanza de hallar a su padre, desaparecido desde hace más de un año, y se encontró con que los policías de esa entidad le exigieron 3 mil pesos para permitirle ver los cadáveres exhumados (183) en las narcofosas de ese municipio.
Blanca Elena, nombre ficticio por cuestiones de seguridad, relata que los policías le ofrecieron una alternativa: si no tiene el efectivo, tal vez se puede identificar a las víctimas mediante análisis de ADN de los dientes o el cabello, o por la ropa que vestían, pero eso tarda mucho tiempo, nadie sabe cuánto.
Si no se tiene el dinero el proceso se convierte en un viacrucis, se cierran los canales de información y atención al público, y las personas que buscan a sus familiares son enviadas a la Procuraduría General de la República, en la ciudad de México, para que les digan dónde tienen los cuerpos, explicó.
Afirmó que para llegar al lugar donde las autoridades dan información hay que enfrentar la hostilidad de policías municipales, estatales y federales, así como de militares y empleados de mostrador.
Narró que al llegar al Servicio Médico Forense, policías municipales y estatales, así como personal designado para atender a familiares de desaparecidos, la sometieron a un interrogatorio con toda clase de preguntas y le solicitaron datos personales: domicilio, teléfonos, lugar de trabajo y documentos que los acreditaran.
Fueron rudos, casi groseros. Parecía que querían intimidarnos para que denunciáramos Dios sabe qué cosas, dijo Blanca Elena.
Pareciera que más que víctimas son delincuentes a los que está uno buscando, subrayó.
Se siente inmediatamente que checan a cada persona para saber si van a delatar a alguien o si son parte de la delincuencia, o si va a denunciar a los policías corruptos, comentó.
Recordó que su padre fue levantado hace más de un año en un estacionamiento del centro de la capital de San Luis Potosí, hechos que fueron grabados por las cámaras del Centro de comunicación, cómputo y comando.
Presentó una denuncia ante las autoridades, pero hasta ahora no sabe dónde está su padre o cuál fue su destino. Por eso, cuando se descubrieron las narcofosas en San Fernando, se trasladó a Tamaulipas para ver si su familiar se encontraba entre los 183 cuerpos con el propósito de darle cristiana sepultura.
Apenas comienzan los trámites y Blanca Elena ha gastado unos 23 mil pesos en transporte, hospedaje y alimentación, y ni siquiera está segura de que el cuerpo de su padre esté entre los 183 hallados en las narcofosas.
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